por Santiago Gahn*
Mauricio Macri vetó la ley de
emergencia ocupacional. ¿Por qué podría hacer eso un Presidente en época de
despidos y caída de la actividad industrial?
Intentaremos brindar una
respuesta en base al programa teórico que conduce a este gobierno. El principio
de sustitución factorial, aquél por el cual las empresas pueden reemplazar
indistintamente máquinas por trabajadores, es uno de los principios básicos de
la teoría marginalista.
Bajando el salario, los empresarios
se darán cuenta que, al ser el trabajo un factor productivo más barato en
relación al capital, usarán más trabajadores y menos máquinas. El proceso de
ajuste, asumiendo que es un proceso que existe y que es muy lento, será
doloroso para los trabajadores, ya que hasta que los empresarios realicen sus
decisiones los trabajadores sufrirán de bajos salarios. Pero todo este
“sacrificio” sería en pos de una mejora posterior “para todos”, ya que todos
los trabajadores serán empleados cuando el proceso de ajuste termine, es decir,
se logrará el tan deseado pleno empleo. Hasta aquí, un mundo feliz.
Sin embargo, no todo termina
allí. El verdadero problema existe cuando el principio de sustitución factorial
no opera como mecanismo de ajuste, por lo que la baja de salarios no conducirá
a un aumento del nivel de empleo, sino lo contrario: una caída aún peor, es
decir más desempleo y luego, menos salarios. Lo que es un círculo vicioso que
nunca acaba: desempleo, baja de salarios, recesión por falta de consumo,
mayores despidos, mayor desempleo, salarios más bajos.
La teoría marginalista del valor
y la distribución no ha podido superar las múltiples críticas realizadas por
varios autores durante las Controversias del Capital en la década del ´50.
Piero Sraffa, en el año 1960, escribió un libro que fue un preludio a la
crítica de la teoría marginalista retomando los principios de la economía
política clásica de Adam Smith y David Ricardo.
Una interpretación bajo este
último enfoque, permitiría sostener que la ley de emergencia ocupacional no es
más que un mecanismo institucional que procuraba defender los salarios. Para
Macri y los macrimarginalistas, esto sería muy injusto, porque los sindicatos
(y, en este caso, los legisladores) operarían como factores que impiden la
“libre cotización” de los salarios: la ley de emergencia ocupacional trabajaría
como un “cepo”, como bien dijo el Presidente de la Nación en su visita a la
empresa Cresta Roja.
Pero si el mecanismo de
sustitución factorial no opera, ¿entonces es realmente un cepo? Bajo el enfoque
de la economía clásica, sumando el principio de la demanda efectiva de John
Maynard Keynes, esta ley hubiese protegido, parcialmente, a los trabajadores de
ese mecanismo vicioso explicado anteriormente.
Uno de los mecanismos
institucionales de defensa de los salarios, la ley de emergencia ocupacional,
ha sido vetado. De no existir medidas que compensen la caída de los salarios de
todos los trabajadores producto del aumento del desempleo, será muy difícil que
el crecimiento resurja en el segundo semestre.
Original: Trabajo y Economía
*Licenciado en Economía (UNLP).
Editor de aprendiendoeconomia.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario