
Por Fabián Amico
Astarita volvió a la carga con una nueva (extensa) crítica , aunque sigue sin poder responder cuestiones básicas y entiende mal lo que quiere criticar. Dice que “en la opinión de Amico, afirmar que la economía está liderada por la inversión, o la acumulación, equivale a sostener que el crecimiento potencial de la economía está dominado por la ley de Say”, cuando no tiene evidencia textual de tal cosa. Sostuve lo que muchos economistas heterodoxos (sraffianos, kaleckianos, postkeynesianos) dicen, a saber: 1) que la inversión es fundamental “porque es el principal canal de crecimiento del producto potencial y el mecanismo fundamental de impulso de la productividad y de la actualización tecnológica” (ver Amico, Fiorito & Hang, 2011, pág.71); 2) que es una variable inducida por el crecimiento esperado de la demanda efectiva dada la relación capital-producto.
Luego Astarita se mete en un problema del cual no logra salir. Dice:
“Fabián Amico, y otros economistas kichneristas han planteado (véase Amico, Fiorito y Hang, 2011) que la inversión no depende de las ganancias, sino del crecimiento esperado de la demanda y de la relación capital-producto. Pero si esto es así, no habría motivos endógenos para que ocurra una crisis; en una economía en expansión, ¿por qué va a debilitarse la inversión, si ésta depende de la demanda que se está expandiendo? El giro hacia la crisis permanece inexplicado”.
Esto revela sus dificultades para razonar en términos de un enfoque diferente. Si la hipótesis es que la inversión depende del crecimiento esperado de la demanda, “¿por qué va a debilitarse la inversión, si ésta depende de la demanda que se está expandiendo?”, evidentemente solo podría ocurrir porque la demanda deja de expandirse. Es como si yo intentara “refutar” su tesis de que la inversión depende de tasa de ganancia, diciendo que “¿cómo entonces va a caer la inversión si las ganancias aumentan?”, a lo cual él me diría –con su lógica- que sería porque las ganancias se debilitan. Después dice:
“Aquí el malthusiano-keynesiano (¿”malthusiano”?) interrumpe, impaciente (¿impaciente?). ¿Para qué van a invertir los capitalistas, si tienen capacidad ociosa?”.
Dice que hay dos razones:
“Primero, capitalistas que se han mantenido líquidos pueden considerar conveniente comprar empresas y otros medios de producción o transporte que se han devaluado con la crisis”.
OK. Supongamos un modelo de dos capitalistas. Hay recesión. Uno le compra la empresa al otro. ¿Por qué va a aumentar la inversión (la capacidad productiva)? Luego dice:
“también en determinado punto entra dinero en el mercado accionario. Estas inyecciones de líquido son elementos reactivadores, y mejoran las condiciones del crédito de las empresas”.
¿Por qué las inyecciones de liquidez serían reactivantes? Es extraño porque Astarita criticó la idea –que nunca sostuve- de que la expansión monetaria puede ser per sé reactivante , y ahora sugiere que “las inyecciones de líquido son elementos reactivadores” (¿?). Con esto, sigue preso de una lógica monetarista, ya que solo en los modelos neoclásicos la demanda global puede depender de la oferta monetaria. En las visiones heterodoxas (keynesianas y kaleckianas), dado que la oferta monetaria es una variable endógena, esta no puede determinar la demanda global (como prueba está el quantitative easing). El punto central es que si los inversores no gastan (y esto es probable porque tienen una propensión a consumir muy baja) no hay recuperación alguna. Y, finalmente, aunque mejoren “las condiciones del crédito de las empresas”, ¿quién va a pedir un crédito para inversión en medio de la recesión si no hay a quién venderle? Luego dice:
“En segundo término, se recuperan los inventarios. Así como en el inicio de la crisis los capitalistas tratan de bajar inventarios rápidamente, a los primeros síntomas de recuperación de la demanda, recomponen inventarios”.
¡Extraordinario! Los inventarios se recuperan… pero, como el mismo Astarita dice, tal recuperación responde a los primeros “síntomas” de una recuperación previa… ¡de la demanda! (y no de las ganancias). Tomando prestada una metáfora de Joan Robinson, podría decirse que Astarita “¡puso el conejo en la galera a plena vista del público!.
El problema de fondo es que Astarita no comprende el rol de los gastos autónomos “improductivos” como rasgo básico del motor de crecimiento de las economías capitalistas. En este caso, la respuesta a la pregunta: ¿por qué, en determinado punto de la fase alcista se debilita la demanda?, no encierra ningún misterio. A su vez, habiendo entendido esto, su pretensión de vincular tal caída de la demanda con una disminución de la tasa de ganancias carece de sentido.
Un ejemplo. Asumamos que la fase de alza (el pico) no es necesariamente un máximo. Es simplemente el punto al cual llegó la economía dada una cierta expansión de la demanda (no hay “pleno empleo”). Como dice Astarita, tenemos salarios y ganancias. Entonces:
Y = Cw+Ck+I
O sea Y (producto) es igual al consumo de los trabajadores (Cw) más el consumo de los capitalistas (Ck) más la inversión (I). No hay estado ni comercio exterior. Haciendo el Cw inducido (cY) y la inversión inducida (I=gY.v) queda:
Y = Ck / (1-c-gv)
Y la economía crece a la tasa dada por Ck (gasto autónomo) dado el multiplicador (1/(1-c-gv). En este modelo, el producto (Y) crece al ritmo de aumento del gasto autónomo Ck (dado el multiplicador) y el crecimiento se debilita cuando se reduce el ritmo de aumento de esa demanda autónoma, sin necesidad de que existan cambios en la ganancia normal. Precisamente, el crecimiento por demanda es posible debido a la autonomía, al menos parcial, de algunas de las fuentes de demanda, y solo se puede hablar de crecimiento impulsado por demanda, cuando al menos una parte de la demanda es independiente (autónoma) del propio crecimiento . En el modelo simple antes bosquejado, ese gasto autónomo es el consumo capitalista, puesto que es una demanda que no resulta inducida por las decisiones de producir. En un modelo más amplio y realista, otras fuentes de demanda autónoma serían el gasto público y las exportaciones. Luego, la inversión –para ser sustentable- seguirá la tendencia de esos gastos autónomos: no puede aumentar sin un mercado que la justifique. En este contexto, y como enseñaba Kalecki (basado en Marx), la única ganancia que cuenta es la realizada. Toda otra ganancia es apenas potencial.