Por Enrique de la Calle
AGENCIA PACO URONDO dialogó con el economista de la universidad de Moreno Alejandro Fiorito sobre restricción externa y la obsesión argentina con el dólar. "No es un problema “cultural”, como suele decirse, tiene lógica, que proviene de un cálculo muy básico. ¿En qué activo me conviene ahorrar?", describió. Por eso, propone diferenciales de tasas de interés nominales positivas. "Hay que pagar una tasa de interés que cubra la tasa que paga el mundo. Pero también cubrir el riesgo cambiario, el riesgo de una devaluación. Un tipo que tiene dólares y lo pone en un activo en pesos, si se devalúa la moneda, pierde plata. Eso no puede ocurrir", resaltó. Además, aseguró que no hay arreglo virtuoso posible con el FMI y que posiblemente "se arregle algo que no se pueda cumplir en el tiempo".
APU: Usted propone pensar la restricción externa (la falta de dólares) en relación a la llamada “fuga de divisas”, porque sin resolver la segunda no tiene sentido avanzar con la primera. ¿Es así?
AF: Sí. La discusión tiene varias facetas. Hoy se discute mucho con el ambientalismo en torno a la importancia de aumentar exportaciones. Pero hay que entender que en simultáneo hay que solucionar el problema, llamémoslo así, financiero, de formación de activos externos (FAE). Que no es un problema “cultural”, como suele decirse, tiene lógica, que proviene de un cálculo muy básico. ¿En qué activo me conviene ahorrar? Se puede decir que siempre pasó así en la Argentina, y en realidad no fue siempre, uno puede poner una fecha, 1975, donde todavía se compraban casas en pesos. Empezó a suceder que a los particulares les convenía más el activo dólar que otro. El problema es que Argentina no puede comprar dólares en un banco.
APU: Cuando uno habla de “formación de activos externos” suele pensar en “fuga de capitales”, es decir, recursos que salen del país (por ejemplo, en sociedades offshore). Entiendo que usted no lo entiende así. ¿Qué incluye la formación de activos externos?
AF: Hay un error en llamar “fuga de capitales” a la FAE que, en tal caso, políticamente puede cerrar para tener un tono de acusación. Si hay “fuga” es porque tendría que haber estado adentro y se fue. En realidad, la formación de activos externos es cuando una empresa, o una persona física, en principio, puede decidir en qué moneda, en qué activo, sea un plazo fijo, la compra de un bono, coloca lo que no va invertir. Una empresa que tiene un capital líquido que no va a invertir, tiene que decidir dónde lo va a dejar. Entonces observa y decide: ¿Dónde lo dejo, acá, con qué tasas de interés, o compro bonos, o en un fondo de inversión, o en Uruguay? No hay ningún delito ahí. Decide donde le conviene más. Y esa conveniencia tiene que ver con la situación del diferencial de tasa de interés nominal, no el real. Porque un inversor puede no vivir en Argentina, no le importa la inflación en Argentina, no va a comprar nada en Argentina. Entonces, lo que va a fijarse es cuánto le rinde un activo medido en dólares que tiene que poner en algún lado. Lo que ha pasado en Argentina es que esas tasas diferenciales nominales fueron negativas. Lo que vuelve lógica la existencia de una formación de activos externos. Por supuesto, que la existencia de controles cuantitativos como el “cepo” hace que este mecanismo no funcione tan bien.
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