Por Fabián Amico
Look after the unemployment, and the budget will look after itself (Keynes).
No pocos analistas, tanto economistas como de otras disciplinas, dan por hecho que el gobierno de Mauricio Macri no realizó estrictamente un ajuste fiscal.1 Ciertamente, muchos afirman que fue la caída del salario real lo que produjo la recesión. Por supuesto, la caída del salario real supone una disminución en el nivel de actividad. Nadie puede estar en desacuerdo con este punto. Pero lo que pretendemos discutir es la idea de que no hubo ajuste fiscal. Es decir, queremos discutir dos puntos. Uno: por qué pese al aumento del déficit fiscal la política no parece estar siendo expansiva ya que el PIB profundiza su caída? En segundo lugar: si hubo o no ajuste del gasto público y de los gastos sociales. Veamos primero el punto del déficit.
El problema aquí es que no hay ninguna razón para suponer que el resultado de las cuentas públicas (sea déficit o superávit ) sea un buen indicador de si el gobierno está actuando para estimular o contraer el nivel de actividad. En los años finales de la convertibilidad, sin ninguna duda la política fiscal era contractiva, con permanentes ajustes del gasto público. Y sin embargo, como el gasto del gobierno impacta en el nivel del actividad del sector privado, cuando el gasto público se contrae, el ingreso del sector privado también cae y disminuyen de igual forma los impuestos que se recaudan sobre esos ingresos privados. Por tanto, podemos tener la situación en que los ingresos tributarios caigan más rápido que el gasto público (los efectos multiplicadores y aceleradores funcionan "para arriba" pero también "para abajo") y por ende tenemos aumento del déficit fiscal con disminución del nivel de actividad.
Puesto en otros términos, lo que indica si el gobierno está estimulando o contrayendo el nivel de actividad es lo que ocurre con el nivel de gasto público, que es lo que crea una demanda para el sector privado y para la economía como un todo (y no si el gobierno tiene déficit o superávit).
Puesto en otros términos, lo que indica si el gobierno está estimulando o contrayendo el nivel de actividad es lo que ocurre con el nivel de gasto público, que es lo que crea una demanda para el sector privado y para la economía como un todo (y no si el gobierno tiene déficit o superávit).
1 Por ejemplo, José Natanson observa: "Y sin embargo, a pesar de su apuesta aperturista y su fe en el mercado, el macrismo disiente con el neoliberalismo puro en un aspecto crucial: no operó un ajuste drástico del gasto público (...) En términos generales, el análisis del Presupuesto 2017 confirma que el déficit fiscal se mantiene más o menos en los mismos términos que en el último año de Cristina y el primero del PRO (4,2 por ciento)", "Cuando la política sostiene la economía", José Natanson (El Dipló, Edición Nro 210 - Diciembre de 2016). Una idea similar presenta Jorge Carrera: "Por qué la economía no para de contraerse y retoma el crecimiento? ¿Por qué a pesar aumentar el déficit fiscal a un nivel record (el primario sube más de un punto respecto a 2015 y el financiero en dos puntos), este año el PIB caerá más del 2,5 por ciento? La redistribución del ingreso que impulsó la política económica es la clave para entender lo que pasa" ("La distribución es la clave", Jorge Carrera, 11 de diciembre de 2016, Pagina12, Cash).
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