Posteamos una nota de Eduardo Crespo, que nos invita a recordar ciertos pronósticos catastrofistas y escenarios que mucho dependen de cierto prejuicio instalado sobre la decadencia de la economía norteamericana.
Por Eduardo Crespo
Después de conocida la caída del PBI estadounidense durante el
primer trimestre de 2014,reaparecieron las dudas sobre la esperada
recuperación de la economía mundial.
Muchos analistas se preguntan ¿fue superada la crisis de 2008-2009?
Las intervenciones de los Bancos Centrales, tanto en Estados Unidos
como en Europa, evitaron que el derrumbe financiero se extendiese al
sistema bancario desatando una quiebra generalizada con imprevisibles
consecuencias macroeconómicas y políticas como ocurrió durante el crack
de 1929.Debe recordarse que los primeros indicadores de 2008, sean los del
comercio mundial, las cotizaciones bursátiles o las finanzas
internacionales, anunciaban una crisis de proporciones incluso mayores a
la de entonces. Nada semejante ocurrió y por ello puede concluirse que
las intervenciones fueron un éxito.
Sin embargo, en simultáneo empezaron a visualizarse grietas hasta
entonces insospechadas. En ciertos países europeos como Portugal,
Irlanda, Italia, Grecia y España – a quienes con deprecio se pasó a
denominar ‘PIGS’ (chanchos)–, el salvataje financiero generó un notable
crecimiento del endeudamiento estatal que derivó en una crisis fiscal y
externa, ya que las deudas (privadas) estaban nominadas en una moneda
(el euro) de facto extranjera para ellos.
En Estados Unidos, donde las intervenciones se realizaron en
dólares, los acontecimientos fueron menos traumáticos. Pero esto no
garantiza que la mayor economía del mundo vuelva a crecer a tasas
elevadas.
El endeudamiento privado se mantiene en niveles muy altos y es
previsible que el esfuerzo generalizado por reducirlo impida la
recuperación del consumo, imponga tendencias deflacionarias y dificulte
la retomada del crecimiento. Esto ya lo advertía Irving Fisher: "Cuanto
más pagan los deudores, más deben", decía.
Estados Unidos sufre la 'enfermedad japonesa'. Recuérdese que Japón
también experimentó en 1990 la explosión de una fantástica burbuja
financiera. Aunque está nunca derivó en problemas de endeudamiento y
restricción externos como sucedió en América Latina en los '80 y en
algunos países europeos recientemente, desde entonces Japón experimentó
tasas de crecimiento bajas e irregulares en un contexto deflacionario,
pese a mantener una crónica política de bajas tasas de interés.
Si hemos de guiarnos por las lecciones de la historia, no debemos
olvidarnos que la crisis del 30 sólo se superó gracias a las fabulosas
expansiones fiscales exigidas por la segunda guerra mundial.
original: Tiempo Argentino
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