Matías Vernengo
La semana pasada, una extraña noticia circuló por el Sunday Times que decía que el gobierno chino estaría dispuesto a inyectar dinero para salvar el euro. La idea sería que China compra grandes cantidades de deuda soberana europea, a cambio supuestamente, aún más extraño y sorprendente, de un mayor compromiso con la austeridad fiscal. Básicamente, China querria ser el nuevo Fondo Monetario Internacional (FMI). Si esto es cierto, es exactamente lo que China y otros países en desarrollo en el G-20 no deben hacer!
La semana pasada, una extraña noticia circuló por el Sunday Times que decía que el gobierno chino estaría dispuesto a inyectar dinero para salvar el euro. La idea sería que China compra grandes cantidades de deuda soberana europea, a cambio supuestamente, aún más extraño y sorprendente, de un mayor compromiso con la austeridad fiscal. Básicamente, China querria ser el nuevo Fondo Monetario Internacional (FMI). Si esto es cierto, es exactamente lo que China y otros países en desarrollo en el G-20 no deben hacer!
En primer lugar, hay que entender que la crisis europea no es una típica crisis de la deuda, desde que la deuda griega (y la deuda de los Otros países periféricos ") está denominada en euros, y el Banco Central Europeo (BCE), una institución europea, tiene el poder de crear de euros, si los países miembros lo consideran necesario. En otras palabras, ellos no necesitan de yuanes, dólares, yenes o pesos para el caso, como sería el caso en una crisis de la deuda externa. [Para ese punto de ver la entrevista con Jamie Galbraith aquí].
Esta es una crisis política causada por la falta de voluntad del BCE y el Gobierno de Francia y Alemania para comprar más deuda griega, y para evitar el contagio a Otros países que pueden entrar en default. Por cierto, el total de la deuda griega corresponde a sólo el 3% de los ingresos de la zona Euro-17. Simplemente, no sólo que es deuda interna, tampoco es tan grande.
Sin embargo, las consecuencias de un default pueden ser de largo alcance y, de hecho afectar el crecimiento de los países en desarrollo. Si Grecia entra en default, los bancos europeos, franceses y alemanes tanto como los griegos, los inversores institucionales y fondos de pensiones (sobre todo en Europa) se verían directamente afectados.
Esta es una crisis política causada por la falta de voluntad del BCE y el Gobierno de Francia y Alemania para comprar más deuda griega, y para evitar el contagio a Otros países que pueden entrar en default. Por cierto, el total de la deuda griega corresponde a sólo el 3% de los ingresos de la zona Euro-17. Simplemente, no sólo que es deuda interna, tampoco es tan grande.
Sin embargo, las consecuencias de un default pueden ser de largo alcance y, de hecho afectar el crecimiento de los países en desarrollo. Si Grecia entra en default, los bancos europeos, franceses y alemanes tanto como los griegos, los inversores institucionales y fondos de pensiones (sobre todo en Europa) se verían directamente afectados.
Pero también esas instituciones que poseen los credit default swaps, comprados por los agentes para cubrirse contra la posibilidad de un impago griego, van a sufrir, y esto puede enredar a los inversores en el Reino Unido y en los Estados Unidos. Lo que puede venir es otra situación como Lehman, con el quiebre de las finanzas globales y el comercio internacional, como en septiembre de 2008.
Entonces, los países en desarrollo deben exigir al BCE y / o al FMI de comprar más deuda griega, y seguir el ejemplo de la Reserva Federal de los EE.UU., es decir, continuar con la flexibilización cuantitativa (QE). Puede que no sea suficiente para que el mundo desarrollado salga de la crisis (puesto que más estímulos fiscales serían necesarios para eso suceda), pero por lo menos reduciría las posibilidades de un colapso global.
Entonces, los países en desarrollo deben exigir al BCE y / o al FMI de comprar más deuda griega, y seguir el ejemplo de la Reserva Federal de los EE.UU., es decir, continuar con la flexibilización cuantitativa (QE). Puede que no sea suficiente para que el mundo desarrollado salga de la crisis (puesto que más estímulos fiscales serían necesarios para eso suceda), pero por lo menos reduciría las posibilidades de un colapso global.
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