Por Carlos Pinkusfeld Bastos*
El enfoque sraffiano lleva el nombre del
economista italiano Piero Sraffa, cuya obra toma su fundamento teórico e inspiración.
Sraffa, sin embargo, era un economista sui generis con una producción publicada
limitada y dispersa en el tiempo. Son tres, por así decirlo, sus grandes
contribuciones: artículos 1925 y 1926 criticando a la teoría marshalliana de la
competencia perfecta de la empresa en equilibrio parcial; la introducción para
su exquisita edición de las obras completas de David Ricardo en 1951; y su
pequeño libro de 1960, Producción de mercancías por medio de mercancías. A
pesar de estar dispersos en el tiempo, se puede ver, y esa impresión se ve reforzada por
un examen de sus documentos personales inéditos, un claro resultado en términos
de programa de investigación con doble propósito: por un lado critican la
consistencia lógica de la teoría dominante (escuela marginalista, neoclásica) y por otro ofrecen una alternativa teórica y
metodológica libre de tales limitaciones.
Por lo tanto, la evolución de los trabajos de Sraffa parte de la crítica del equilibrio parcial de Marshall y la teoría de la competencia perfecta, incluye la reconstrucción del marco lógico y metodológico del enfoque del excedente clásico (una larga tradición que reúne las contribuciones de los fisiócratas a Marx), y culmina con la crítica al modelo de equilibrio general de la escuela marginalista y la formulación de una teoría de los precios y la distribución libre de las inconsistencias lógicas de la teoría del valor-trabajo heredado de Ricardo y Marx.
Las tareas del programa de investigación de Sraffa tienen consecuencias importantes para el análisis macroeconómico. Inicialmente, al demostrar la imposibilidad lógica de una determinación simultánea de los precios y cantidades de equilibrio entre la oferta y la demanda, se elimina al mismo tiempo, la tendencia de la economía al pleno empleo de los factores de producción y sobre todo de la mano de obra, así como la idea de que la remuneración de los factores (específicamente los salarios) son la contribución marginal del trabajador al producto.
Como alternativa al “callejón sin salida" de
la determinación simultánea del enfoque ortodoxo marginalista, Sraffa y sus
seguidores, como Garegnani (1984) proponen un enfoque metodológico diferente -
la separación de la determinación del producto y distribución / precios en dos,
o niveles de análisis no simultáneos: una teoría del núcleo en el que determinelos precios relativos y una variable distributiva (ganancias o salario) y por por el otro, el
estudio de las relaciones fuera del núcleo de variables tales como la
acumulación de capital, formación de los salarios, tasas de interés, el
progreso técnico, etc.
El precio asume la forma de relaciones
matemáticas exactas, que fueron expresadas por Sraffa en ecuaciones de precios de
producción de mercancías básicas. Es importante destacar que, como señaló
Mongiovi (1996: 221.): "No hay nada que evite estudiar fenómenos fuera del
núcleo de una manera formal o matematizado, y de hecho, siempre es útil hacerlo
(como en las teorías crecimiento o analizar los problemas de la demanda
efectiva). No quiere decir que simplemente las relaciones fuera del núcleo son menos
generales; ellas son también radicalmente más complejas.Por lo tanto, el análisis formal de, digamos, el
producto o los salarios reales, o la influencia de los cambios en el producto
en los costos a largo plazo son necesarios e irremediablemente imprecisos,
debido a que es imposible capturar todos los efectos de retroalimentación
resultantes del cambio de juego de datos iniciales, y también porque no todos
los factores que influyen en los resultados tienen una naturaleza cuantitativa”.
En resumen, en la teoría clásica están dados el
producto social (tamaño y composición), la técnica (técnicas o de producción) y
una variable distributiva, que puede ser el salario real o la tasa de interés.
Por lo tanto, contrariamente a lo que
erróneamente deduce la teoría marginalista, la economía de mercado no
garantiza la tendencia de la economía al pleno empleo y, además, hay una
necesidad lógica de la economía en buscar un método alternativo para la
determinación de la renta y el producto. Así, el enfoque sraffiano es más
compatible con la versión del principio de la demanda efectiva en el largo
plazo, que propone que los ingresos, la producción y el empleo en el largo
plazo son determinados por las decisiones independientes sobre el gasto. Este
enfoque necesita una teoría de este tipo para proporcionar la información
necesaria para determinar su núcleo teórico.
Las consecuencias prácticas son radicales en
términos de la comprensión del funcionamiento de las economías capitalistas. La
tasa de acumulación y los niveles del producto per cápita a largo plazo son
decisiones que dependen de una mayor o menor disposición del gobierno a gastar,
con la generación de progreso técnico (permitiendo, por ejemplo, una inserción
internacional más virtuosa) o la existencia de un sistema de crédito elástico
que garantice el acceso a financiamiento para las empresas y familias,
aumentando así en último caso, el gasto de consumo autónomo. Todas estas
decisiones son externas al núcleo, es decir, dependen de decisiones políticas e
institucionales relacionados con la gestión, en gran parte por el gobierno en
toda la economía.
Obviamente, si la economía no tiende al pleno
empleo de la mano de obra por el equilibrio entre la oferta y la demanda, no hay
también algo así como un equilibrio de salario que iguala la remuneración a la
productividad marginal del trabajo. El salario puede determinarse fuera del
núcleo, y depende, de nuevo, de una compleja interrelación fuerzas políticas y
sociales y también específicamente económica, el ritmo de acumulación y en
consecuencia la reducción de la tasa de desempleo.
Un argumento como este ataca, por ejemplo, a la vieja idea de que la rigidez salarial o bien un nivel de salario real muy alto compromete el nivel de empleo, que durante mucho tiempo se había planteado para explicar el comportamiento del mercado de trabajo europeo.
Un argumento como este ataca, por ejemplo, a la vieja idea de que la rigidez salarial o bien un nivel de salario real muy alto compromete el nivel de empleo, que durante mucho tiempo se había planteado para explicar el comportamiento del mercado de trabajo europeo.
Por el contrario, los salarios más altos determinados
por la fuerza política de los trabajadores - ahí teniendo en cuenta su influencia
en las políticas de salario mínimo, las prestaciones por desempleo, y la
organización relativa tolerancia de los trabajadores, etc. - pueden generar, a
través del consumo inducido y también incluso el autónomo, un aumento de la
producción en el corto y largo plazo.
La cuestión de la determinación del salario, ya
no está en equilibrio de pleno empleo entre la oferta y la demanda en el
mercado laboral, y sí en el conflicto distributivo, que tiene un impacto
importante en el estudio de la inflación.
Se corta la relación directa, o más bien una
relación persistente a largo plazo, entre el exceso de demanda en los mercados
de bienes y de trabajo y la elevación también persistente en el nivel de
precios.
Después de todo, como la oferta en el mercado de
bienes, o la creación de capacidad productiva, reacciona a la dinámica de la
demanda, junto con la ausencia de pleno empleo de la tendencia laboral en el
largo plazo, la inflación es el resultado de cambios en las variables de
costos, como los salarios nominales, tipos de cambio, precios de las
commodities, cuya explicación debe incorporar múltiples elementos, muchos de
ellos fuera del estricto ámbito macroeconómico. Ya hemos mencionado las
relaciones políticas y sociales que pueden afectar la dinámica de los salarios,
y recordar que el precio de los productos básicos puede depender de factores
complejos, tales como la dinámica de la economía mundial, tanto en términos de
crecimiento como cambios de trayectoria financiera, transformaciones
geopolíticas, cambios estructurales en las relaciones comerciales entre los
países y las regiones y los cambios tecnológicos, entre otros.
La escuela sraffiana, como se mencionó anteriormente, tiene su inspiración inicial de las contribuciones seminales de Piero Sraffa y consolidada gracias a los avances de autores como Pierangelo Garegnani y Luigi Pasinetti, dialoga e incorpora contribuciones de otras vertientes heterodoxas, como quedó claro con la inclusión del principio de la demanda efectiva como elemento de definición del producto agregado que alimentarán a la determinación de los precios relativos y la distribución en el núcleo de la teoría. Aunque existen diferencias naturales en los enfoques individuales, hay aspectos en este diálogo que tienden hacia una mayor convergencia en términos principalmente de la formulación de políticas, que hacia una incompatibilidad absoluta.
Un punto importante del enfoque sraffiano se
refiere a la tasa de interés monetaria nominal, cuya determinación exógena por
la autoridad monetaria, llevaría a través de su relación con la dinámica de los
salarios nominales, a una determinación de la variable distributiva de forma
distinta que el abordaje clásico tradicional. En esta última, el salario real se toma
como exógeno al núcleo de la teoría, como se ha mencionado anteriormente.
Siguiendo las sugerencias del propio Sraffa, Pivetti (1991) trató de desarrollar una teoría de la determinación monetaria de la inflación en la cual "la tasa de interés monetaria es vista como una determinante autónoma de los costos monetarios normales de producción". Dado el tipo de interés financiero de largo plazo sin riesgo, y dado el salario nominal, que es un resultado directo de la negociación salarial, el nivel de precios puede ser determinado por un sistema de ecuaciones à la Sraffa "(Pivetti, 2007, p. 243). Es decir, la dinámica de las dos variables nominales conduce a un cambio en los precios que finalmente genera los valores reales de las variables distributivas - beneficios reales y los salarios reales - de la economía.
Siguiendo las sugerencias del propio Sraffa, Pivetti (1991) trató de desarrollar una teoría de la determinación monetaria de la inflación en la cual "la tasa de interés monetaria es vista como una determinante autónoma de los costos monetarios normales de producción". Dado el tipo de interés financiero de largo plazo sin riesgo, y dado el salario nominal, que es un resultado directo de la negociación salarial, el nivel de precios puede ser determinado por un sistema de ecuaciones à la Sraffa "(Pivetti, 2007, p. 243). Es decir, la dinámica de las dos variables nominales conduce a un cambio en los precios que finalmente genera los valores reales de las variables distributivas - beneficios reales y los salarios reales - de la economía.
Obviamente, este mecanismo deja espacio para una discusión importante de la política económica, y en consecuencia de la elaboración de políticas, sobre cuál variable tendría una «primacía» en la determinación de la variable exógena a distributiva en las ecuaciones de precios. Para Pivetti, esta primacía estaría en la tasa de interés nominal en la medida en que la autoridad monetaria tendría el poder para establecer un nivel de interés que garantice una cierta tasa real de rendimiento del capital. Ya en Serrano (1993, p. 122) se establece el punto de que "siempre habría una tasa de crecimiento de los salarios monetarios que produce una inflación necesaria para reducir la tasa de interés real, y por lo tanto los beneficios, de tal manera que los trabajadores obtendrían sus salarios reales deseados”. Es importante recordar que, además del tema específicamente distributivo, con impactos directos sobre la dinámica inflacionaria, la autoridad monetaria puede también tener en cuenta, en la determinación de la tasa de interés nominal, las consideraciones en cuanto a la política de fomento de la acumulación de capital y, en una economía abierta la sostenibilidad externa.
Este enfoque teórico para el estudio de la inflación ha sido desarrollado por varios autores como Stirati (2001), ACA y hay aplicaciones para el caso de Brasil (véase el IPEA, 2010, capítulo 4, por ejemplo). Dentro del mismo marco analítico, Stirati (2013) ha explorado la relación entre un posible impacto del proceso de financiarización actual en el camino de las tasas de interés y la distribución del ingreso en los Estados Unidos.
Por lo tanto, el cambio de paradigma teórico y metodológico realizado por Piero Sraffa en su crítica del enfoque marginalista dominante, abre un universo muy rico de posibilidades de estudios empíricos y en consecuencia de formulación de políticas que, al mismo tiempo, es convergente y se alimenta de otras vertientes heterodoxas, incorporando elementos clave que dependen de las relaciones socio-económicas, de las políticas nacionales y de la geopolítica internacional en cada período histórico.
* Es profesor del Instituto de Economía /UFRJ de Rio de Janeiro
Publicacion Original: Jornal dos Economistas, marzo de 2015
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