por Franklin Serrano e Luiz Eduardo Melin
De acuerdo con Josef Stalin (1934):
“La victoria del fascismo en Alemania debe ser vista no sólo como una señal de la debilidad de la clase obrera y el resultado de la traición de la socialdemocracia, que abrió el camino al fascismo. Debe señalarse también como una señal de la debilidad de la burguesía, una señal de que la burguesía ya no tiene condiciones para ejercer el poder según los métodos parlamentarios de la democracia burguesa, por lo que se ve obligada a recurrir, en la política interna, a los métodos terroristas de gobierno”.
En relación a la nueva amenaza fascista que enfrentamos actualmente la situación es parcialmente diferente. En los años `30 del siglo pasado, los liberales toleraban el fascismo para bloquear el crecimiento de la izquierda. Ahora es la "nueva" izquierda que está ayudando a los fascistas a dar una sobrevida al neoliberalismo.
La nueva izquierda, la que se ocupa y se preocupa
predominantemente con derechos individuales en detrimento de los derechos
sociales y de los intereses de clase, ha ayudado a promover y divulgar, muchas
veces de forma inconsciente, el pensamiento del nuevo fascismo. En las redes
sociales y otros espacios públicos, la nueva izquierda diariamente da
visibilidad a las declaraciones y consignas de la extrema derecha, en nombre de
expresar su repudio y su horror a ellas - que de hecho son execrables. El
resultado es que se crea una percepción totalmente exagerada del grado de
influencia y de adhesión popular que los mediocres "líderes" de esta
nueva tendencia derechista efectivamente tienen. Si fueran capaces de pensar
estratégicamente, esos líderes neofascistas ciertamente quedar muy agradecidos.
El motivo más profundo, consciente o inconscientemente, de este comportamiento generalizado es el de permitir que la nueva izquierda mantenga su apoyo al neoliberalismo como alternativa "viable", con el pretexto de evitar el mal mayor y la ruina de la civilización por el neofascismo. En este sentido, Obama sistemáticamente exageró la influencia del Tea Party en Estados Unidos para vencer dos veces las elecciones y gobernar implementando abiertamente una agenda neoliberal - incluyendo el Obamacare * - como se vio. Sólo el pésimo desempeño de la campaña que presentaba a Hillary Clinton como candidata "progresista" hizo que esta estrategia inteligente no funcionara, llevando a la inusitada victoria de Trump. Las recientes elecciones en Francia son otro ejemplo del éxito de la misma estrategia. Proponiendo una plataforma rigurosamente neoliberal el "centrista" Macron (no por coincidencia, hasta hace poco ministro en el gobierno del Partido Socialista) recogió amplio apoyo de la nueva izquierda para derrotar la amenaza neofascista del Front National.
El motivo más profundo, consciente o inconscientemente, de este comportamiento generalizado es el de permitir que la nueva izquierda mantenga su apoyo al neoliberalismo como alternativa "viable", con el pretexto de evitar el mal mayor y la ruina de la civilización por el neofascismo. En este sentido, Obama sistemáticamente exageró la influencia del Tea Party en Estados Unidos para vencer dos veces las elecciones y gobernar implementando abiertamente una agenda neoliberal - incluyendo el Obamacare * - como se vio. Sólo el pésimo desempeño de la campaña que presentaba a Hillary Clinton como candidata "progresista" hizo que esta estrategia inteligente no funcionara, llevando a la inusitada victoria de Trump. Las recientes elecciones en Francia son otro ejemplo del éxito de la misma estrategia. Proponiendo una plataforma rigurosamente neoliberal el "centrista" Macron (no por coincidencia, hasta hace poco ministro en el gobierno del Partido Socialista) recogió amplio apoyo de la nueva izquierda para derrotar la amenaza neofascista del Front National.
El mismo proceso está avanzando en Brasil, donde la nueva izquierda ha repercutido y amplificado bastante el impacto de las posiciones de figuras lamentables como Jair Bolsonaro. Sólo el horror de la nueva izquierda al "populismo" y la arraigada falta de voluntad de criticar al neoliberalismo reinante impiden que la base popular de la izquierda crezca y neutraliza el crecimiento del nuevo fascismo. Es más un ejemplo de la famosa frase de Marx (1852), que dice que la historia se desarrolla primero como tragedia (del fascismo en el origen de la Segunda Guerra Mundial) y luego se repite como farsa, que es lo que vemos con esta reedición del fascismo en la actualidad.
Notas
* WAITZKIN, H. & HELLANDER, I. (2016) “The History and Future of Neoliberal Health Reform: Obamacare and Its Predecessors ” in International Journal of Health Services, Oct;46(4):747-66
Bibliografia
MARX, K. (1852) “O 18 Brumário de Luís
Bonaparte”.
STALIN, J. (1934) “Informe
al XVII Congresso do Partido Comunista da Unión Soviética”.
original: ACA
No hay comentarios:
Publicar un comentario