Páginas Sraffianas

28 nov 2011

Es necesario un Plan Marshall


Por Alejandro Fiorito *

Con cinco millones de desocupados, España logra un nuevo record al llegar a una tasa de desocupación de 21,5 por ciento en el tercer trimestre del año, mientras que profundiza los incentivos a emigrar. El año pasado superaban el millar por mes en la búsqueda laboral en Argentina, como destino principal. El pensamiento económico prekeynesiano actual asume determinaciones teóricas que confunden moneda doméstica y divisa, lo fiscal y la cuenta corriente, economía doméstica con macroeconomía, se suponen inflaciones tautológicas por demanda y crecimientos por expectativas positivas derivadas de un ajuste fiscal que devendría –nadie dice cómo– en expansión del PIB, y otras causalidades.
En primer lugar, tanto en España como en la Zona Euro no se vive una crisis de origen fiscal (el balance se mantuvo acotado hasta la crisis de 2007) sino financiero. Países con balanzas fiscales superavitarias, entraron en déficit luego de la crisis financiera. España pasó de un 2 a -10 por ciento en el 2010. Por lo que el “remedio” de una mayor disciplina fiscal no va a aliviar su déficit, el cual es endógeno al nivel de actividad. El centro obtuvo para sí ventajas competitivas con menores costos salariales generando superávit comerciales en detrimento de la periferia europea. España llegó a tener la mitad del déficit comercial sólo con Alemania y, euro mediante, no puede ser corregido con devaluaciones.
La periferia intentó su “catch up” creciendo más rápido y por lo tanto perdiendo competitividad frente al centro con mayor inflación. La burbuja inmobiliaria en España agregó una mayor dinámica que fue financiada por un mayor endeudamiento desde el centro: al respecto circulaba un chiste en España, donde un prestatario podía intentar pedir un crédito tan grande como para comprar al mismo banco prestamista.
En segundo lugar la rigidez que impone una moneda sin Estado emisor detrás, impide tener política monetaria propia para España y cómo devaluar para corregir costos laborales mayores, por ende ante ambos déficit sólo crecerá la relación deuda-PIB elevando el riesgo de su deuda. Dicha relación fue baja (36,1 por ciento) hasta la crisis en 2007 luego de la cual se disparó al 65 por ciento. El ajuste fiscal no puede estabilizarla dado que la deuda puede caer con el ajuste, pero también lo hace multiplicadamente el PIB. De tal suerte que tampoco maneja las tasas de interés, las que dependen de una decisión política del BCE. Bajo el euro, ¡España y otros periféricos pueden entrar en default aun con deudas nominadas en su propia moneda!
Los problemas del euro para los países periféricos tienen solución si el Banco Central Europeo compra su deuda nominada en euros, como prestamista de última instancia, y mantiene sus tasas de interés a la par con las de Alemania. Las trabas son políticas y no técnicas, pero la actitud de Alemania evidencia una falta de interés en ser artífice de una integración económica o “keynesianismo regional”, basado en exportaciones hacia fuera e importaciones desde dentro de la región.
Políticamente es necesario un Plan Marshall que compre toda la deuda de la periferia e integrarse en una sola unidad de pagos o bien salir de la unión monetaria para tener moneda doméstica. La alternativa será exportar gente en medio de una lenta y persistente agonía económica deflacionaria. Ya en los ‘90 economistas heterodoxos de fuste como Wynne Goodley,  Massimo Pivetti  y aca  y Goodhart explicaban por qué los objetivos del tratado de Maastrich –acuerdo constitutivo de la Zona Euro– fracasarían con la aceptación de la independencia de los bancos centrales y la total liberalización financiera, en el marco del impertinente concepto de Areas Monetarias Optimas. De sus críticas surge que lo último que debería hacerse en cualquier proceso de integración económica es la unificación monetaria (¡si es que no puede evitarse!).
Se observa en España que el contexto social y político condiciona a los economistas –aun los heterodoxos, que parecen confundir la UE con Eurozona–, “salir del euro y volver a la peseta es como volver al feudalismo” se oyó decir el año pasado un economista heterodoxo español. Y sin ningún canal lógico causal de cómo se espera crecer a partir de ajustes recesivos, las concepciones económicas convencionales españolas parecen ser materia de fe, paradójicamente el presidente electo Mariano Rajoy se permitió un dejo materialista cuando afirmó que en esta coyuntura de España “no va a haber milagros”. Y es de suponer que ¡nada mejor que un partido confesional para dirimir estas lides!
* Investigador y docente del Grupo Luján, UNLU y UBA.
Original: Pagina 12

2 comentarios:

  1. Alejandro, Hinkelammert argumenta que caída Rusia y ya los capitalistas sin miedo al comunismo, ya no hay necesidad de tal plan. Que se mueran de hambre.

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  2. bueno, solo me referia a condiciones necesarias de crecimiento en paises con economias no planificadas.

    Con ese criterio también se puede hacer una nota con el titulo: "Se necesita una buena tercera guerra mundial..."

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