Páginas Sraffianas

17 sept 2010

"No tirar el bebé del crecimiento junto con el agua sucia de la inflación"

1era. Parte del reportaje al economista Alejandro Fiorito


Por Horacio J. Garetto hgaretto@wilnet.com.ar

1) Licenciado Alejandro Fiorito: Un tema que angustia a muchos argentinos: ¿Por qué hay inflación?

La inflacion se produce por la elevación de los costos y por incompatibilidades en los reclamos de distribución del ingreso o por la gran puja distributiva por el reparto de la riqueza que hay. Lejos de explicarse por la versión convencional liberal ortodoxa de "exceso de demanda", la suba de precios de los commodities internacionales, afectando los precios domésticos de los insumos importados, o, como en nuestro caso, elevando los precios de nuestras exportaciones agropecuarias, se impulsa por un "efecto arrastre" a una suba de los precios domésticos, multiplicados por el tipo de cambio, que en la Argentina es alto. Esas subas repercuten directamente sobre los bienes que integran la canasta salarial, lo que dispara una puja distributiva aún mayor, que por el mayor empleo que hay debido al crecimiento de la producción, por las paritarias, etc. que como sabemos mejora la capacidad de negociación de los trabajadores, todo ello eleva los salarios nominales. Estas subas, luego, intentarán ser trasladadas a los precios finales por parte de los empresarios vía aumentos de márgenes por cada unidad de productos vendidos.
El resultado real de los cambios en la distribución del ingreso, dependerá de cual sector social puede darle una mayor aceleración nominal en la renegociación de salario y precios.
Los derechos de exportación (las retenciones) deben ser móviles para ser eficientes en el objetivo de despegar a los precios domésticos de los internacionales, que han subido persistentemente en los últimos años, y que para nada tienen una media igual a cero como suponen los economistas convencionales. Sin ir más lejos, en los últimos dos meses el valor internacional del trigo subió un 50%, lo que reproduce por la vía de los costos y la puja distributiva referida, la inflación internacional, en la Argentina y en los demás países de la región también. Ello se da con mayor o menor intensidad, según que el tipo de cambio sea más alto o más bajo. Imagínese Ud. que la suba de un dólar genera un efecto interno diverso, si se lo multiplica por 1 que si se lo multiplica por tipos de cambio nominales cada vez más altos como 4 pesos por cada dólar en la Argentina.
Por eso cuando suelen comparar a Brasil, con baja inflación, para criticar al Gobierno argentino por la mayor inflación, se olvidan de dos detalles fundamentales: 1°) en Brasil, el tipo de cambio nominal se fue atrasando desde el año 1999 con la aplicación de metas de inflación, por las subas de su tasa de interés, que es la más alta del mundo, haciendo que los shocks negativos en dólares, sean positivos en reales evitando la suba de precios interna, al costo de perder competitividad, de la reprimarización de sus exportaciones y crecer menos; 2°) su nivel de puja distributiva ni se parece a la que existe en la Argentina y la pobreza y la desigualdad son incomparablemente mayores.
Los salarios en tasas subieron desde el 2003 hasta el 2008 más que los precios y que la productividad, por lo que para seguir mejorando el salario real, se debe intervenir para hacer política de ingresos. Hay que reunirse con todos los sectores para pactar la forma concertada de ir elevando pari passu con la productividad, a los salarios reales, y por lo tanto ir bajando los mark ups reales (o sea el margen por unidad de producto vendido), a cambio de un mayor crecimiento físico y rotación, aumentando la masa de ganancias por mayores ventas. Es difícil, pero es la única opción, para no tirar el bebé del crecimiento con el agua sucia de la inflación.
Las opciones convencionales ortodoxas liberales son siempre de ajuste de la demanda, porque ven a la inflación como un "desborde" de la misma, pero es algo que nunca pueden demostrar, en tanto y en cuanto que la utilización de la capacidad productiva se encuentra persistentemente en un nivel normal que oscila anualmente entre 70 y el 75% y por otro lado porque el ingreso potencial, definido como el producto máximo por encima del cual un aumento de demanda es inflacionario, no es empíricamente observable. Por supuesto que también están las explicaciones vulgares como las monetaristas, pero no tienen ningún asidero causal sobre la inflación en tanto la cantidad de dinero es endógena a la actividad productiva: los mayores precios impulsan mayores piezas monetarias en circulación.

2) ¿Y Chile? ¿Cómo hace Chile para tener baja inflación?

En Chile, como en Brasil, la puja distributiva es mucho menor, sus organizaciones sindicales tanto como su clase trabajadora están muy debilitadas desde la salida de la dictadura y por ende el traslado de las subas salariales a los precios es bastante menor. Pero aún así, también allí la suba de precios internacionales de los alimentos hizo que desde junio de 2007 a junio de 2008, sus precios internos subieran y se escaparan de la banda de sus "objetivos de inflación". Desde el 2003 se viene produciendo una apreciación de su tipo de cambio que amortiguó el shock externo de dichas subas de commodities. Allí aplican políticas fiscales al estilo liberal y no funcionales, es decir siempre son contractivas de la actividad económica, por lo que su crecimiento económico es muy bajo (un promedio de 2% desde el 2006), habría que preguntarles ¿Adónde está el fondo anticíclico juntado en la fase alta del ciclo por la que crecieron menos, ahora que la necesitan? Por todo esto no es muy extraño que tengan inflación baja. Además, tienen 10 millones de personas, estatizado el cobre (es la pampa húmeda de los chilenos), no es serio compararlo con la Argentina. No tiene mucho que ver.

3) Si lo entendimos bien a Eduardo Curia este dice que para controlar mejor la inflación en este modelo que tenemos de tipo de cambio alto puesto que este empuja y estimula fuertementeel ritmo deactividad económica en este modelo el "moderador" es el superávit fiscal. Que ya no lo tenemos, como consecuencia de la opción de política anticíclica ejecutada durante 2009 para conjurar los efectos del desplome mundial de ese año, pero que habría que recuperar en algún momento. ¿Comparte Ud. ese enfoque? Si no lo comparte, ¿por qué no y en qué se diferencia?

Que se tenga déficit o superávit fiscal es un resultado dependiente del nivel de actividad, y no tanto, más bien poco, de cual sea la voluntad política de tener o no tener superávit. Esto ya estaba claro en economistas como Abba Lerner y su concepción sobre las "finanzas funcionales": no son los impuestos los que generan el gasto público, sino al revés, dado un nivel de gasto público mayor, se produce un mayor crecimiento del ingreso que luego redundará en mayores recaudaciones, donde el único límite, en países como el nuestro que no emiten dólares, es la restricción externa (o sea el faltante de dólares para pagar importaciones), es decir que mientras la cuenta corriente (observable) sea positiva, se puede seguir creciendo. No otra cosa viene sucediendo desde el 2003, con los planes trabajar, las jubilaciones de las amas de casa, los mínimos no imponibles, todo ello genera un mayor aumento de la demanda, que luego se traduce multiplicadamente en un mayor producto bruto interno.
El año pasado, cuando se generó el plan de asignación universal por hijo (AUH), si tomamos los ingresos tributarios sin retenciones y le restamos el gasto público total, se estaba en déficit, y sin embargo un mayor gasto destinado a consumo, redundó después en un mayor crecimiento, y al día de hoy tenemos una mayor recaudación y hemos vuelto al superávit fiscal. Lo opuesto le ocurrió a Cavallo, cuando obsesivamente buscaba el "déficit cero": con cada recorte de gasto bajaba también el ingreso y la recaudación. Se mordía la cola, agravando el déficit. Por eso nosotros pensamos que el resultado fiscal deficitario o superavitario está directamente relacionado con el nivel de la actividad económica.
Es más, se insiste en los superávits primarios perjudicando el gasto que se destina al consumo interno, para después tener déficits nominales, debido al pago de los intereses sobre deuda pública, perjudicando notablemente el crecimiento de las economías.
El tipo de cambio competitivo por otro lado ofrece un canal de demanda externa, que es muy importante y más aún que sea diferencial, para responder al problema de la estructura productiva desequilibrada de la que nos hablaba Marcelo Diamand (es decir, un campo de gran productividad comparado con una industria con una menor productividad, por ahora). Una región pampeana muy productiva y una industria que lo es menos, y que se comenzó a desarrollar desde el 30, cuando Inglaterra nos "suelta la mano", debe hacerlo acompañado de una estrategia de desarrollo. Una primera referencia de arranque es un tipo de cambio que convierta en competitivas las exportaciones industriales. Los derechos de exportación harían de diferenciadores de ese tipo de cambio competitivo, reasignando y compensando con la renta que se genera, para fines de agregar valor a la producción industrial nacional.
Esta es la segunda parte de la entrevista con Alejandro Fiorito, economista de la Secretaría de Comercio de la Nación.

2da parte
Fiorito explicaba en la última parte de lo publicado en la edición anterior de "El Económico", que "el año pasado, cuando se generó el plan de asignación universal por hijo (AUH), si tomamos los ingresos tributarios sin retenciones y le restamos el gasto público total, se estaba en déficit, y sin embargo un mayor gasto destinado a consumo, redundó después en un mayor crecimiento, y al día de hoy tenemos una mayor recaudación y hemos vuelto al superávit fiscal. Lo opuesto le ocurrió a Cavallo, cuando obsesivamente buscaba el "déficit cero": con cada recorte de gasto bajaba también el ingreso y la recaudación. Se mordía la cola, agravando el déficit. Por eso nosotros pensamos que el resultado fiscal deficitario o superavitario está directamente relacionado con el nivel de la actividad económica. Es más, se insiste en los superávits primarios perjudicando el gasto que se destina al consumo interno, para después tener déficits nominales, debido al pago de los intereses sobre deuda pública, perjudicando notablemente el crecimiento de las economías".
Fiorito insiste en que "el tipo de cambio competitivo por otro lado ofrece un canal de demanda externa, es muy importante y sobre todo y más aún que sea diferencial, para responder al problema de la estructura productiva desequilibrada de la que nos hablaba Marcelo Diamand (es decir, un campo de gran productividad comparado con una industria con una menor productividad, por ahora). Una región pampeana muy productiva y una industria que lo es menos, y que se comenzó a desarrollar desde el 30, cuando Inglaterra nos "suelta la mano", debe hacerlo acompañado de una estrategia de desarrollo. Una primera referencia de arranque es un tipo de cambio que convierta en competitivas las exportaciones industriales. Los derechos de exportación harían de diferenciadores de ese tipo de cambio competitivo, reasignando y compensando con la renta que se genera, para fines de agregar valor a la producción industrial nacional".
-¿O sea que Ud. piensa que estuvo acertado el gobierno en desplegar todas las velas y captar todo el viento posible y crecer lo máximo posible porque creciendo se vuelve solo al superávit? ¿O sea que "el superávit fiscal" viene después? ¿O sea que lo que desde la ortodoxia neoclásica liberal monetarista veían como temeridad o como algo imposible, era, en realidad, lo que había que hacer, y se hizo y está funcionando y está saliendo bien?
-Es que el tema fiscal funciona así en todo el mundo, la macroeconomía no es como una economía doméstica, dónde por ejemplo en la casa de uno, se tiene un ingreso fijo, y si gasto más ahorro menos, en la macroeconomía no es así, puesto que se crece por demanda. Los inversores invierten si ven un negocio, de modo tal que habiendo demanda (exportaciones, gasto público, etc), se acelera la inversión y por ende crece el ahorro. Como decía Keynes, la inversión genera ahorro y no al revés. Un mayor ahorro es un resultado de una mayor inversión, puesto que nadie invierte en algo que no tiene demanda antes.
El superávit o el déficit es un instrumento para elevar o disminuir el nivel de actividad, no un resultado en sí mismo a obtener como si se tratara de nuestra casa: lo que en nuestra casa es un ahorro para consumo futuro, en la macroeconomía es una reducción de la demanda y la inversión. Si obviamos la restricción externa y simplificamos, podríamos decir que se puede entrar en déficit si queremos aumentar la ocupación, y generar superávit para bajar el nivel de actividad, si se lo considerara muy alto.
-La gente del equipo económico de Duhalde dice que "la inversión es insuficiente". ¿Qué me puede decir de esto?
-¿Insuficiente con respecto a qué?, habría que preguntar. Por los datos la inversión se encuentra en un 23% del Pib, que son bastante mayores a los porcentajes de los 90. Y esto es así, en tanto las inversiones están vinculadas con la demanda como dije antes.
-Orlando Ferreres anduvo por acá por Rafaela diciendo que tenemos un problema de "calidad de la inversión". ¿Qué me dice a este respecto?
¿Tiene validez este concepto o es que los críticos del modelo ya no saben que decir, que inventar?
-No siempre está claro lo que quieren decir con eso de la "calidad de la inversión". Si se refieren con "calidad" a que dentro de las inversiones totales la porción de "construcción" es alta, (mucho "ladrillo") veríamos que es similar con el porcentaje de Brasil -país que suele ser exaltado por estos economistas-.(12%). Por otro lado es similar también al porcentaje que tenía la construcción (dentro del total de la inversión) en la convertibilidad. De manera que es sólo un argumento forzado, capcioso y poco informado por decir lo menos.
-¿Cómo ve Ud. el ritmo de generación de empleo en lo que va de 2010? El periodista Maximiliano Montenegro, en La Nación, ha dicho que tenemos un ciclo de crecimiento pero con poca generación de empleo. ¿Es esto verdadero?
-En efecto, comparando el primer trimestre de este año con el 2009, se observa que el crecimiento de puestos de trabajo por cada punto del producto bruto fue de un 0.21 cuando el año anterior el crecimiento del empleo fue de 0.96 Aunque viéndolo sectorialmente el sector productor de bienes muestra una mayor creación de puestos de trabajo por punto de producto (1.15 frente a -0.63), mientras que el sector servicios marca una caída comparada por punto de crecimiento del producto para igual comparación temporal.(0.76 a 0.41). Habría que ver qué sucede con lo que se escapa al trabajo formal, dado que aún existe gran cantidad de trabajo en negro.
-¿A que distancia considera que estamos de la meta histórica, extraordinaria, del pleno empleo?
-Históricamente en el capitalismo, el trabajo nunca fue el límite para el crecimiento, cuando faltó mano de obra, se recurrió al trabajo femenino, el infantil, y la inmigración. Históricamente el desempleo en la Argentina estuvo en un nivel del 6 %, y en principio no existe un límite fijo o "tasa natural" de algún porcentaje mínimo de desempleo, por el cual mas abajo no se pueda llegar. Todas esas teorías dominantes en la economía hoy, jamás han sido probadas puesto que lo que sí se ha visto en numerosas investigaciones económicas y publicaciones internacionales, es que dichas tasas "infranqueables" so pena de tener inflación, cambian a su vez con el crecimiento, con el desarrollo, con las instituciones, y nunca se encuentra el mismo nivel. Por lo tanto no existe un límite al crecimiento del producto por el lado del trabajo.
De todas formas para el año que viene creciendo a estas tasas chinas, llegaremos seguro al 6% histórico.
-¿Qué comentario le suscita un editorial del diario de Río Negro según el cual el kirchnerismo estaría impulsando "una burbuja" de consumo?
-En tanto y en cuanto que el crecimiento del producto, por lo dicho antes, proviene del crecimiento de la demanda autónoma, es decir los límites al crecimiento los pone el nivel de la demanda, la inversión siempre aumenta toda vez que pega un "acelerón" la demanda de consumo.
Las visiones ortodoxas liberales, que de última también son las de los periodistas asesorados por economistas convencionales se encuentran en esta línea, ven al revés también el crecimiento: responden a lo que se denomina "Ley de Say", por lo que de alguna manera piensan que nos encontramos siempre en una utilización plena de recursos, y así, para crecer, piensan que el consumo debería caer, para "dar así lugar" a la inversión, la que sería sostenida por un ahorro mayor. De allí que siempre ven con malos ojos el crecimiento de la demanda y del gasto.
Sin embargo, ello es a todas luces errado, en tanto y en cuanto que nunca estamos en pleno empleo de los recursos productivos, y la inversión privada responde aumentando cuando aumenta la demanda autónoma.(Acelerador de la inversión). Nadie invierte si no hay demanda, y el Estado debe configurar una "macroeconomía de demanda". Lo que no obsta que también haga otras cosas sectoriales, pero para crecer es condición necesaria una demanda que impulse la inversión. No otra cosa explica el crecimiento a tasas chinas en los dos últimos gobiernos.
La Argentina debe crecer una década continua más a estas tasas chinas, y los problemas del desarrollo estarán siendo superados, junto con su Estructura Productiva Desequilibrada.
-¿Podría explicar quiénes son los referentes teóricos más importantes de esa concepción del crecimiento "traccionado por la demanda" a la que hizo referencia?
-Los referentes teóricos del crecimiento traccionado por la demanda se basan principalmente en los aportes de Keynes y Kalecki, que en los 30 con la crisis desarrollaron esta teoría, el primero para el corto plazo, mientras que el segundo para el corto y el largo plazo. Pero luego de 1960 gracias a la crítica teórica realizada por Piero Sraffa en su obra "Producción de Mercancías por Medio de Mercancías", se pudo extender coherentemente la concepción de la demanda keynesiana de corto plazo al largo plazo, de tal forma de explicar no solo el ciclo económico de corto plazo, sino lo que se conoce como crecimiento en el largo plazo. Existe hoy día toda una constelación de autores en esta línea a los que se los conoce generalmente como post-keynesianos.



La opinion Rafaela y 2

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