Por Fabian Amico, Alejandro Fiorito y Guillermo Hang
Los economistas parecen exhibir ciertos argumentos comunes y compartir ciertas ―verdades intuitivas e indiscutibles: la convicción acerca de la ineficacia de las políticas expansivas fiscales o monetarias, la crítica de la fallida pretensión de crecer ―por encima del producto potencial, el irresponsable (inflacionario) elevado uso de la capacidad instalada, el siempre inadecuado (escaso) monto de la inversión, y en general una invalidación de cualquier intento ―discrecional de instigar el crecimiento sin respetar la dinámica autónoma del producto potencial, es decir, un intento que estaría promoviendo una desigualdad creciente entre el ritmo de expansión de la demanda y la velocidad a la que se mueve la oferta global de la economía. Esto explicaría luego la alta inflación y el importante crecimiento de las importaciones.
El presente trabajo intentará mostrar lo que hay de erróneo en estas apreciaciones y en las ―fallas masivas persistentes de pronóstico, y propondrá un marco analítico alternativo dentro del cual el crecimiento argentino reciente pueda explicarse positivamente, sin que resulte necesario considerarlo una ―anomalía o una ―paradoja.
Si los modelos convencionales son los que están básicamente equivocados, eso no es culpa de la realidad. Más bien, ésta requiere otro modelo de interpretación que le resulte consistente. Para ello es inevitable referirse, aunque sea muy brevemente, a la propia teoría establecida del crecimiento. Con la contribución de Solow (1956) comenzó lo que puede describirse como la ―captura neoclásica de la teoría del crecimiento.
Desde entonces se descartó la posibilidad de fallas de demanda efectiva, al tiempo que la teoría prometía que el equilibrio macroeconómico debía coincidir con el output potencial de la economía determinado por la oferta. La emergencia de la teoría neoclásica del crecimiento endógeno a mediados de los 80 continuó ese mismo proceso de ―captura.Sin embargo, la teoría del crecimiento endógeno participa con la de Solow en el hecho de no quitar el foco del lado de la oferta considerada como la fuente del crecimiento.
Como dice Setterfield, ―la teoría de crecimiento endógeno es ciertamente capaz de conectar la demanda con la tasa de crecimiento, pero esta conexión es periférica. El comportamiento de la demanda agregada es generalmente visto como un elemento innecesario y sin importancia del análisis del crecimiento (Setterfield, 2007). No obstante, esta captura eliminó del paisaje todas las corrientes de teoría del crecimiento de inspiración keynesiana.
El resultado final es que el crecimiento es ahora representado como un inequívoco proceso impulsado por el ―lado de la oferta. Es decir, la teoría del crecimiento se define como una teoría sobre la acumulación de capital físico, el progreso de las capacidades y de la población, y la eficiencia con que estos ―factores son empleados. Por ende, el crecimiento es un fenómeno enteramente relacionado con las condiciones de oferta de la economía.
Este trabajo apunta a cuestionar este enfoque general con el objetivo de determinar, especialmente en el caso argentino, un conjunto de regularidades empíricas (o ―hechos estilizados) que solo pueden ser explicados consistentemente desde una hipótesis alternativa, donde la demanda juega un rol clave no solo en las fluctuaciones de corto plazo, sino también en la determinación de la tendencia de crecimiento de largo plazo, fijando el sendero del producto potencial. A la luz de este enfoque, como veremos en este trabajo, el proceso de crecimiento experimentado por Argentina en estos últimos años, emergerá como un proceso enteramente natural, sin ningún rasgo ―paradójico o ―milagroso.
Básicamente, las teorías del crecimiento liderado por la demanda identifican un doble impacto de la demanda sobre las tasas de crecimiento.
Primero, se parte de admitir que existen insuficiencias de demanda efectiva, aún en el largo plazo. Es decir, la economía no tiende espontáneamente hacia el pleno empleo potencial (o a sus tasas ―naturales).
Segundo, el nivel y la tasa de crecimiento de la demanda efectiva influye decisivamente en el desarrollo de los recursos productivos (y por ende en el producto potencial de la economía) a través del tiempo. En este contexto, la demanda efectiva es importante no solo debido a su influencia sobre la tasa de utilización de los recursos productivos (y por ende sobre la mayor o menor cercanía entre el ritmo del producto efectivo y el producto potencial de la economía), sino que también tiene un impacto significativo sobre la cantidad y productividad de los inputs, y por ende, impacta sobre el sendero mismo del producto potencial.
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Este trabajo está organizado como sigue. Además de esta introducción, la sección 2 discute y reseña el debate sobre la existencia de raíces unitarias en el PIB y sus implicancias principales. La sección 3 discute los efectos Okun y Verdoorn realizando estimaciones para la economía argentina, al tiempo que hace una reseña crítica del concepto de tasa ―natural de desempleo. La sección 4 discute la relación entre inversión y crecimiento, y la noción de utilización normal de la capacidad instalada. Propone un modelo de acelerador para la inversión reproductiva en Argentina y realiza una estimación econométrica al respecto.
La sección 5 defiende las nociones de no neutralidad del dinero y endogeneidad de la moneda, recurriendo a las visiones de neocartalismo, y rescatando el enfoque postkeynesiano, especialmente en su aplicación a las economías abiertas y sus críticas al famoso trilema monetario. La sección 6 presenta un modelo que articule los hechos estilizados puestos de relieve en las secciones previas. Se presenta un modelo de tipo supermultiplicador para precisar la relación entre producto potencial y demanda en el largo plazo. Finalmente, la sección 7 aporta unas breves reflexiones finales y sobre todo las implicancias de política del trabajo.
Para ver todo el Documento de Trabajo "Producto potencial y demanda en el largo plazo: Hechos estilizados y reflexiones sobre el caso Argentino reciente"
Fuente: Cefid-Ar
¿Censura... ?
ResponderEliminarVamos, no queden mal parados dentro de la izquierda.
Queremos saber que opina Fabian Amico de la respuesta que realiza el economista Rolando Astarita:
http://rolandoastarita.wordpress.com/tag/fabian-amico/
DK
Estimado Anonimo,
ResponderEliminarNo desespere. Dejemos opinar todo lo que tiene que decir el profesor. Se le contestará. Nadie se va a ningun lado. Pero tenga en cuenta que ud. esta en un post que no corresponde.
No confunda liebre con velocidad. Nadie censura nada.
Alejandro Fiorito