El viejo Almacén. BsAs

Surplus Approach

“Es necesario volver a la economía política de los Fisiócratas, Smith, Ricardo y Marx. Y uno debe proceder en dos direcciones: i) purgar la teoría de todas las dificultades e incongruencias que los economistas clásicos (y Marx) no fueron capaces de superar, y, ii) seguir y desarrollar la relevante y verdadera teoría económica como se vino desarrollando desde “Petty, Cantillón, los Fisiócratas, Smith, Ricardo, Marx”. Este natural y consistente flujo de ideas ha sido repentinamente interrumpido y enterrado debajo de todo, invadido, sumergido y arrasado con la fuerza de una ola marina de economía marginal. Debe ser rescatada."
Luigi Pasinetti


ISSN 1853-0419

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20 ago 2018

La herencia que dejarán

Por Florencia Medici * y Eduardo Crespo **

El gobierno de Cambiemos recibió una herencia inflacionaria pero falló al sostener que se trataba meramente de un fenómeno monetario. Al error de diagnóstico (y de soluciones) le sumó la dilapidación de los recursos para hacer frente a la estructural restricción externa, lo que dejará al próximo gobierno la más pesada de todas las herencias: una crisis social, económica y política.

Cambiemos recibió como herencia una restricción externa al crecimiento y un nivel de inflación elevado en términos internacionales por puja distributiva. Con respecto a la última, desde 2007 la recuperación del poder sindical y de las paritarias libres explicó en buena medida no sólo la mejora salarial sino también la inflación persistente. Dado que los gobiernos kirchneristas no lograron alcanzar los acuerdos necesarios para moderar la puja, la forma de mantener la inflación a niveles altos pero estables fue fijando anclas nominales, como el congelamiento de tarifas de servicios públicos o la apreciación real del tipo de cambio.

En relación a la escasez de dólares, desde 2013 fue evidente que las cuentas externas comenzaban a convertirse nuevamente en la restricción al crecimiento: el agotamiento del superávit comercial dejaba al desnudo la baja dinámica de las exportaciones, la dificultad de conseguir financiamiento externo, los abultados déficit generados por el turismo, el déficit energético y de parte de la industria, y la elevada fuga de capitales.

Cambiemos, en lugar de afrontar estas restricciones, adoptó medidas que inevitablemente las agravaron. Desde el inicio acudió al recurso descontrolado del endeudamiento en moneda extranjera e incentivó el ingreso de capitales especulativos que rápidamente comenzó a mostrar sus limitaciones. Así, al factor estructural se sumó la incompetencia profesional y la puja de poderosos sectores económicos. En ese contexto, se eliminaron regulaciones a la cuenta capital y comercial. A su vez, la caótica política monetaria del Banco Central fue otro factor clave para el descalabro.

Con respecto a la herencia inflacionaria, el gobierno hizo todo lo posible por frenar la puja tratando de poner techo a las paritarias, con despidos masivos e incluso apelando a la fuerza policial. Pero los integrantes de la nueva administración asumieron que el alza de precios era un fenómeno monetario y que no debían temerse consecuencias inflacionarias por el incremento de tarifas o las devaluaciones. Este error de diagnóstico no precisa de explicaciones porque la realidad es más que evidente.

Está claro que si la herencia era pesada, los herederos no comprendieron las razones. ¿Cuál es, entonces, la herencia que recibirá el próximo gobierno? En los últimos meses todos los indicadores económicos se deterioraron de forma alarmante: se produjo una mega devaluación de la moneda, aceleración inflacionaria, pérdidas de empleo y estancamiento de la actividad económica.

Por consiguiente, si la pérdida de reservas no cesa en un contexto de creciente incertidumbre y dificultad para continuar financiando los elevados compromisos en dólares, nos encaminamos a una reestructuración de la deuda externa, aceleración inflacionaria y, como correlato, un agravamiento de la situación social y política. Los nuevos herederos también recibirán el problema estructural de restricción externa e inflación, sumado al crecido monto de intereses en dólares por la deuda adquirida.  Pero la capacidad de utilizar el endeudamiento externo y los dólares provenientes de flujos financieros internacionales no estará entre los activos disponibles, porque el actual gobierno lo ha dilapidado y ha llevado a la economía a un estado de elevada vulnerabilidad financiera.

Los próximos herederos tendrán que, en primer lugar, atender la situación social. Para esto es importante dejar a un lado el archi-repetido argumento fiscalista: la restricción es en dólares, no en pesos. Argentina tiene la capacidad de sostener el gasto público para ampliar la base previsional, la AUH, el financiamiento de nuevas universidades y del desarrollo científico, puesto que estos gastos no derivan en una elevada demanda de divisas.

* Directora del OMET de la Universidad Nacional de Moreno.
** Profesor de la Universidad Nacional de Moreno y la Universidad Federal de Río de Janeiro.



Original: pagina 12

2 comentarios:

Unknown dijo...

Muy claro y consizo....nada más cierto.Felicitaciones.

Juan Giusti dijo...

Genial!