El viejo Almacén. BsAs

Surplus Approach

“Es necesario volver a la economía política de los Fisiócratas, Smith, Ricardo y Marx. Y uno debe proceder en dos direcciones: i) purgar la teoría de todas las dificultades e incongruencias que los economistas clásicos (y Marx) no fueron capaces de superar, y, ii) seguir y desarrollar la relevante y verdadera teoría económica como se vino desarrollando desde “Petty, Cantillón, los Fisiócratas, Smith, Ricardo, Marx”. Este natural y consistente flujo de ideas ha sido repentinamente interrumpido y enterrado debajo de todo, invadido, sumergido y arrasado con la fuerza de una ola marina de economía marginal. Debe ser rescatada."
Luigi Pasinetti


ISSN 1853-0419

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16 sept 2015

PATRONES DE DESARROLLO Y DISTRIBUCIÓN DEL INGRESO EN LA ARGENTINA




Tabla de contenido
Introducción .................................................................................................................. 4
I El enfoque Clásico de los Precios y la Distribución y Crecimiento dirigido por la Demanda Efectiva como Base del Análisis de los Patrones de Desarrollo. .......     .                15
I.1 Fundamentos teóricos .............................................................................               .. 16
II Inicio de la industrialización sustitutiva de la Argentina 1930-1945 ........         ... 27
II.1-Crisis de 1930: el surgimiento de un nuevo patrón de desarrollo ................ .           .. 27
II.2 Cambios irreversibles en la estructura productiva ................................... ..                 32
III -La ISI y el peronismo.1946-1958 ...............................................................    ..... 45
III.1 Planeamiento de la ISI y redistribución del ingreso ..................................               . 45
III.2 Segundo gobierno de Perón y el cambio hacia un crecimiento dirigido por la demanda autónoma. .......................................................................................                                          ..... 55
IV 1959-1975 El crecimiento dirigido por la demanda autónoma y el stop-go..... ... 57
IV.1 Tortuosidad del Proceso institucional y formas del disciplinamiento social.                  58
IV.2 Evolución favorable de la balanza comercial hacia el final de la etapa 59-75               65
V 1976-1982. Fin de la Etapa de Sustitución de Importaciones..............      ......... .. 70
V.1 Disciplinamiento social y apertura comercial y financiera ...................            ......... .. 70
V.2 La política económica de Martínez de Hoz y los cambios en la estructura productiva. .........................................................................................................                          .  72
VI 1983-1989: Crisis de Deuda Externa e Hiperinflación .................................     . 81
VI.1 Crisis de la deuda externa y Crisis de Balanza de Pagos en la región .....                 . 81
VI.2 Visiones convencionales sobre las causas de la inflación ....................                ..... 85
VII 1990-2001- Privatizaciones y Desempleo .............................................   ........... 90
VII.1 Condiciones para la profundización de la etapa de apertura externa .....           ...... 91
VII.2 Estabilización vía convertibilidad con tipo de cambio fijo, desempleo y endeudamiento externo indefinido. .....................................................................                                               . 94
VIII 2003-2011 Hacia la recuperación de una política industrial ............. ....  ....... 100
VIII.1 Crecimiento de demanda autónoma sin problemas de restricción externa              101
VIII.2 Inflación por costos y puja distributiva ....................................................         .. 106
IX A modo de conclusión: .............................................................................        ... 107
Bibliografía: .....................................................................................................  .. .... 111

Introducción


Desde el punto de vista de la economía nacional, resulta menos clara la distinción entre crecimiento y desarrollo. La hipótesis de crecimiento sin desarrollo, refiriéndonos a un conjunto económico de estructura compleja, resultaría una elaboración mental sin correspondencia con la realidad. Tal observación gana mayor validez cuanto más compleja se hace la división social del trabajo.” Furtado, C., 1986, pp.88-89

El estructuralismo económico identifica la existencia de vínculos persistentes entre determinadas variables económicas que permiten explicar las características específicas de un cierto esquema o patrón de desarrollo de un país. Mediante la interacción de variables que son fuente de divisas con otras que impulsan la demanda doméstica se puede estilizar distintas etapas económicas como así también sus respectivas dinámicas particulares de acumulación.

Va de suyo que el crecimiento no es lo mismo que el desarrollo económico, pero el sentido de la frase inicial de Furtado es enfatizar su condición necesaria, en tanto que la dinámica que genera el crecimiento es lo que induce procesos de una mayor utilización potencial de la producción de un país como definición general de desarrollo. (Olivera, 1977, p.118). Sus condicionamientos son inevitablemente históricos: esto es, dado el crecimiento, una mayor utilización del potencial productivo es condicionada a largo plazo por elementos endógenos domésticos (avances tecnológicos) y por otros autónomos domésticos (distribución del ingreso, políticas estatales de demanda), como así también por restricciones autónomas externas (escasez de divisas, acuerdos regionales, geopolítica, etc.). Las diversas combinaciones históricas de estos condicionantes nacionales e internacionales permiten identificar distintos “patrones de desarrollo”. 

En este trabajo se utilizará para identificar las variables del crecimiento dirigido por la demanda al modelo del supemultiplicador sraffiano, es decir que toma a la distribución del ingreso como exógena al producto: es decir una conjunción del core clásico para la distribución y con el cierre keynesiano de demanda efectiva a corto y largo plazo.  Se rechazará por lo tanto, el convencional core marginalista o neoclásico como base del análisis.

Mediante el impulso de las variables de demanda autónoma del producto (principalmente el consumo no asalariado, el gasto y la inversión pública) y en el contexto de factores institucionales que caracterizan una determinada política económica, puede explicarse macroeconómicamente el crecimiento y la evolución de la estructura productiva. Además, la composición de la demanda global puede influir en la redistribución del ingreso y en la acumulación de capital. Finalmente, en todas las etapas se trata de un crecimiento limitado por la restricción externa de divisas, que a su vez, también puede verse afectado por las políticas económicas domésticas adoptadas.


Diversas versiones marginalistas e institucionalistas coinciden en ciertos supuestos cuando analizan el desarrollo económico. Uno importante es el rol preponderante del Estado en la inducción de políticas de modificación de comportamientos de los agentes de la producción, en el caso ortodoxo criticando las políticas populistas y en la heterodoxia, las neoliberales. En la gran mayoría se coincide en el “nacionalismo metodológico” por el cual el tipo de crecimiento está determinado por políticas domésticas. (Medeiros, 2011) 

En la Argentina a partir de una importante mayor productividad del agro, se pudo mejorar la distribución del ingreso luego de la crisis del ‘30, aunque el crecimiento de la demanda doméstica lleva –aun hoy- a cíclicas crisis de balanza de pagos y a una relevante conflictividad social e institucional, generando por ende, distintas etapas de crecimiento y distribución del ingreso. El crecimiento logrado ha dependido en general de la demanda pública autónoma teniendo como límite final la restricción de divisas.

Se mostrará que en cada etapa analizada, el crecimiento económico dependió del impulso de la demanda autónoma y que su “techo” (pero no su comportamiento) fue la restricción externa de divisas. Se establecerán patrones de desarrollo descriptos por períodos con distintas políticas económicas e institucionales que afectan al tipo de crecimiento y acumulación de capital. Se asume que el Estado es un “campo de batalla” entre diversos intereses y no un agente neutral, tanto hacia el interior como en relación con las políticas regionales e internacionales de los Estados. Se usará en este trabajo la bibliografía enfocada en el tema, resaltando observaciones de distintos autores que lejos de abonar a una visión alternativa, sin embargo, brindan sustento empírico para hechos aislados que no siempre logran una explicación coherente y/o pertinente dentro del marco teórico convencional.

La dificultad para un enfoque coherente pero también pertinente de la teoría económica reside en articular todos estos aspectos, tanto en lo referido a lo doméstico como al ámbito internacional y para ello el enfoque utilizado debe ser abierto como lo es el enfoque utilizado.

¿Existe alguna receta para el desarrollo económico?

La gran variedad de experiencias de países que se han desarrollado muestra que no existen esquemas únicos y suficientes para definir algún tipo de conjunto de reglas causales ex ante exitosas. Sin embargo, del análisis económico sí puede afirmarse que en general las estrategias de crecimiento no son proyectos desligados de la sociedad, ni de los grupos que persistentemente generan distintas presiones sobre la política económica seguida por el Estado. Aunque éste último, también puede en situaciones de crisis, guerras o exacerbada conflictividad lograr una fuerte autonomía y legitimidad para coordinar, cooptar, subordinar o disciplinar a las diferentes coaliciones sectoriales. Se da entonces en su seno un conflicto por dirigir o ser beneficiado por las políticas económicas efectivamente ejecutadas por los gobiernos de turno. Las diferencias entre estos grupos suele darse por diversos intereses y según el grado de internacionalización de los sectores como también de su exposición a la competencia internacional (Ver Medeiros, 2012). Al no existir condiciones de experimentación que diriman las causalidades económicas, el conocimiento histórico del país analizado y sus “hechos estilizados” son insumos claves para una explicación no marginalista. 

Aspectos teóricos básicos y “hechos estilizados”

En primer lugar, los países periféricos no poseen emisión de moneda aceptada en transacciones internacionales, y la restricción externa representa –con singular énfasis- un límite al crecimiento de sus productos netos, convirtiendo así a la tasa de crecimiento de las exportaciones en una variable fundamental de largo plazo en pos de obtener las divisas necesarias para mantener una balanza de pagos (importaciones y saldos financieros) sustentable. 
 Al mismo tiempo, la composición de dichas exportaciones al estar basadas en estos países principalmente en bienes primarios, su crecimiento en valor suele no alcanzar para sustentar dicho abastecimiento de moneda internacional, lo que lleva probablemente a procesos de endeudamiento y desendeudamiento en divisas en su decurso histórico cada vez más complejo[1]. Existe por lo tanto una fragilidad inherente a las monedas periféricas, en las que no se mide la acumulación de capital ni la conservación de la riqueza. Toda “alteración económica y política interna provoca la sospecha de que las deudas externas pueden no ser afrontadas, y que la moneda doméstica será depreciada respecto al dólar”. (McKinnon, 2002)

Por esta misma necesidad de divisas para crecer, las regiones periféricas suelen estar atadas a los ciclos de financiamiento de los países del centro, (variaciones de sus tasas de interés, innovaciones financieras) que en su dinámica elevan la volatilidad de los precios de nuestras exportaciones, provocan una gran entrada de flujos de capitales hacia nuestros países y terminan agudizando la restricción externa y la fragilidad financiera. La gran importancia de las exportaciones primarias para nuestra región implicó una fuerte puja distributiva entre exportadores, industriales locales y trabajadores. (Medeiros, 2011, p.47)

En segundo lugar, el motor de crecimiento de cualquier país que no sea extremadamente pequeño en su producto, reside en su mercado y demanda domésticos y no en sus exportaciones. Más allá de la importancia relativa de su comercio exterior en distintas épocas, los países con productos más grandes como EEUU, China, Brasil, México y la propia Argentina post ‘30, crecen siempre “hacia adentro” en tanto su comercio exterior es pequeño en relación a su producto. (Serrano y Medeiros, 2001). Únicamente en casos de pequeños países o donde las exportaciones llegan a ser más grandes que el PIB (vg. Malasia en el 2006), puede llegar a ser efectiva una estructura de reexportación de importaciones que dirija el crecimiento.

Pero claramente no es la generalidad de las economías. (Ver Anderson, J., 2007). La vieja discusión dada en el seno cepalino tiene una resolución empírica clara: no hay correlación entre la variación de las variables de comercio y las del crecimiento del producto (Gráfico 1) o puesto de otra manera el desvío del cociente entre comercio y producto no converge a uno. Una razón para ello es que la estructura industrial de los mercados internos modifica los impulsos de comercio en la generación de nuevo producto; la existencia de reexportación de importaciones y fundamentalmente la medida de las variables de comercio no son comparables con las medidas de producto. Una analogía a comparar ventas con beneficios respectivamente. (Gráfico 2) Esta confusión entre los aspectos macroeconómicos de la demanda de las exportaciones y de las exportaciones como inyector de divisas, suele ser frecuente en la literatura económica. (Ver para el caso chino, Akyus, (2010))

 

Gráfico 1 Fuente: Banco Mundial (elaboración propia)

La separación y diferenciación entre moneda doméstica y divisas es fundamental en el plano macroeconómico, para poder entender especialmente los problemas de los límites de demanda al crecimiento económico.
Su incomprensión suele entreverar indistintamente cálculos en dólares o en pesos, sobre la más variada cantidad de problemas referidos a la inversión pública (ferrocarriles, YPF, etc.) necesarias para el desarrollo, o temas de financiamiento de dichos proyectos (deuda externa) tendiendo a agravar la restricción externa sin necesidad. Diamand se refería también a ello con claridad:
 
…mientras en el nivel individual el capital monetario, el capital real y las divisas se confunden de manera legítima por ser convertibles entre sí, en el nivel macroeconómico es por completo necesario mantener mentalmente separados los conceptos, ya que se trata de tres variables económicas diferentes que se interrelacionan de modo muy complejo”. Diamand, (1973, p.98) énfasis nuestro.
 
Gráfico 2 Fuente: elaboración propia en base a datos del Banco Mundial. Puede verse que para distintos conjuntos de países, si el desvío estándar de la razón de comercio con el PIB es igual a uno, los movimientos estarían perfectamente correlacionados. En todos los casos da distinto de uno. Las barras están en orden con la leyenda.

En tercer lugar, las principales variables de demanda que explican el crecimiento son las domésticas, como el consumo no asalariado, el consumo e inversión pública, el crédito al consumo, y el gasto en construcción entre otras, que serán expuestas en el primer capítulo. Como se dijo, las exportaciones son en general una porción menor de dicha demanda global.
En cuarto lugar, las variables inducidas por el crecimiento del PIB efectivo, como la inversión privada en equipo y maquinarias dependen totalmente de la demanda autónoma. Sus manifestaciones empíricas a nivel mundial son tan generales como ignoradas convencionalmente: los países que más crecen, tienen niveles de inversión mayores. (vg. acelerador de la inversión en sección IB).

Otra variable inducida son las importaciones, que producen filtraciones en niveles pequeños en comparación con el resto de demanda doméstica, pero que resultan muy importantes en cuanto a filtración de divisas, vis a vis las exportaciones. Su efecto sobre la obtención de dólares por cuenta corriente o cuenta de capital (siempre que las condiciones internacionales lo permitan), es la que importa en pos de la continuidad del crecimiento del producto.


Gráfico 3 Fuente: Penn World Tables, (2012)

En quinto lugar, el empleo laboral es la tercera variable inducida por la demanda autónoma de manera directa, la que es responsable indirectamente de generar mejores condiciones de negociación para los trabajadores pari passu el menor desempleo. De esta última interacción surge otra regularidad absolutamente general pero también ignorada por el convencionalismo como la “Curva de Salarios” de Oswald & Blanchflower, (1995) que muestra ampliamente la convivencia de mayores salarios y menor tasa de desempleo (Gráfico 4 para la Argentina)


Por último, las políticas económicas desplegadas son un factor catalizador u obturador del crecimiento económico, y que por ende modifican las combinaciones de estas variables interdependientes en cada contexto histórico, ejecutando y administrando el conflicto de intereses en la gestión de gobierno y orientación del Estado en relación a ellas. Si la demanda entonces cumple un papel causal en el crecimiento de las economías que se encuentran fuera del pleno empleo de recursos, conocer el perfil de su composición macroeconómica permitirá explicar la dinámica de crecimiento en cada etapa: fundamentalmente porque es la propia redistribución del ingreso la que afecta al nivel del producto y porque es la demanda autónoma su primer motor de variación del producto.



Gráfico 4 Fuente: Ferreres, (2010), Salarios en pesos de 2009

En efecto, al revés que el convencionalismo que intenta fundamentar microeconómicamente la macroeconomía, aquí en cambio se pone de relieve que el modelo interpretativo descansa en la propia determinación macroeconómica en tanto los sectores están vinculados por la articulación de la técnica y la distribución del ingreso, a los costos (precios) de las mercancías producidas, implicando un flujo circular de producción de mercancías por medio de mercancías:
“Tiene que advertirse que la investigación realizada no es “macroeconómica” en el sentido de representar un primer paso, tosco y simplificado, hacia un análisis más detallado y desagregado. Es macroeconómica porque no puede ser otra cosa”. Pasinetti, (1962)


Periodización
Los primeros períodos que definen un patrón de desarrollo, se dan en una extensa etapa de más de 40 años de sustitución de importaciones posterior a la crisis mundial de 1930, en primer lugar como resultado necesario del hecho que Inglaterra se desvinculara de su relación bilateral y comercial con la Argentina lo que en concepto de Diamand inaugura una estructura productiva desequilibrada:
La Argentina inicia su desarrollo industrial integrando el grupo de los países caracterizados por una estructura productiva en la que el sector primario, en nuestro caso el agropecuario, en Venezuela el petróleo, en Chile el cobre, en Brasil el café y productos minerales, etc. coexiste con un sector industrial de una productividad sustancialmente menor” Diamand, 1988, p.7

En segundo lugar, en las siguientes décadas se consolidará una estrategia de sustitución de importaciones como objetivo de política explícita, ante el surgimiento de un sector manufacturero que no trabajaba a precios internacionales y que dependía de una adecuada protección de la competencia del exterior.

Posteriormente en los ‘60 se planea un crecimiento dirigido por la demanda autónoma (en reemplazo del avance salarial de la etapa anterior) pero con una incrementada inestabilidad institucional, afectando la continuidad de esas políticas de crecimiento. Tan es así que hacia el golpe de 1976 como punto final de este nuevo período, la balanza comercial se encontraba en una situación superavitaria no siendo en esa ocasión una traba o límite de ese patrón de sustitución sino una compleja trama político institucional inestable. (Teitel y Thoumi, 1986; Amico, 2011)
La periodización en el trabajo se establece en base a las rupturas y cambios de dinámica de este conjunto de variables elegidas que definen las distintas etapas de desarrollo: desde un período de crecimiento en base a exportaciones primarias que permitían la importación para el consumo doméstico previo a los ‘30, a otro caracterizado por la sustitución de importaciones y donde el ascenso salarial configura un cambio estructural con la ampliación del mercado interno. Posteriormente otro período, en los sesenta, en que el consumo doméstico es liderado por el gasto e inversión pública. A mediados de la segunda mitad de la década del ‘70 se produce un profundo cambio regresivo en la distribución del ingreso y modificación de la dinámica externa en virtud de flujos financieros que comienzan a influir en el estrechamiento de la restricción externa y el crecimiento de la deuda externa.

La dinámica de las variables de demanda doméstica junto a la restricción externa para cada etapa ofrece como resultado distintas tasas promedio de crecimiento del producto. Una mayor o menor duración de cada período específico dentro de cada etapa, depende en ocasiones de fenómenos institucionales (interrupciones de los regímenes democráticos), de la ríspida puja distributiva entre trabajadores y empresarios (industriales y rentistas agrícolas) y/o también de la robustez relativa inicial de la restricción externa del país. Claramente las variables de demanda autónoma afectadas por la evolución del impulso multiplicador, dan cuenta de las respectivas performances de las tasas de crecimiento del producto efectivo en cada período.

Con una selección de variables económicas que posean dichas características explicativas de cada patrón de desarrollo, y que al mismo tiempo sean homogéneas en el tiempo, se pueden intentar explicar los cambios estructurales de dichos patrones y hacerlos comparables entre sí. 

La intención del trabajo es mostrar apenas la pertinencia empírica sobre los distintos patrones de desarrollo de la Argentina (etapas, políticas aplicadas, tipo de crecimiento, etc.) de una visión teórica alternativa basada en el crecimiento dirigido por demanda, distribución exógena y restricción externa de divisas. Para ello se usa críticamente una diversa cantidad de trabajos publicados sobre este tema en punto a conformar el entorno histórico de cada etapa.
El objetivo del trabajo, sin pretensiones de exhaustividad, es describir esos patrones de desarrollo que ha seguido la economía argentina por medio de una teoría económica alternativa lógicamente coherente y con datos homogéneos a todas las etapas.


Para ver resto del trabajo  Cefid-Ar



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