El viejo Almacén. BsAs

Surplus Approach

“Es necesario volver a la economía política de los Fisiócratas, Smith, Ricardo y Marx. Y uno debe proceder en dos direcciones: i) purgar la teoría de todas las dificultades e incongruencias que los economistas clásicos (y Marx) no fueron capaces de superar, y, ii) seguir y desarrollar la relevante y verdadera teoría económica como se vino desarrollando desde “Petty, Cantillón, los Fisiócratas, Smith, Ricardo, Marx”. Este natural y consistente flujo de ideas ha sido repentinamente interrumpido y enterrado debajo de todo, invadido, sumergido y arrasado con la fuerza de una ola marina de economía marginal. Debe ser rescatada."
Luigi Pasinetti


ISSN 1853-0419

Entrada destacada

Teorías del valor y la distribución una comparacion entre clásicos y neoclásicos

Fabio PETRI   Esta obra, traducida por UNM Editora, ha sido originalmente editada en Italia con el título: “Teorie del valore e del...

4 sept 2011

Sacando la Demanda Efectiva de la Galera



Por Fabián Amico


Astarita volvió a la carga con una nueva (extensa) crítica , aunque sigue sin poder responder cuestiones básicas y entiende mal lo que quiere criticar. Dice que “en la opinión de Amico, afirmar que la economía está liderada por la inversión, o la acumulación, equivale a sostener que el crecimiento potencial de la economía está dominado por la ley de Say”, cuando no tiene evidencia textual de tal cosa. Sostuve lo que muchos economistas heterodoxos (sraffianos, kaleckianos, postkeynesianos) dicen, a saber: 1) que la inversión es fundamental “porque es el principal canal de crecimiento del producto potencial y el mecanismo fundamental de impulso de la productividad y de la actualización tecnológica” (ver Amico, Fiorito & Hang, 2011, pág.71); 2) que es una variable inducida por el crecimiento esperado de la demanda efectiva dada la relación capital-producto.

Luego Astarita se mete en un problema del cual no logra salir. Dice:

“Fabián Amico, y otros economistas kichneristas han planteado (véase Amico, Fiorito y Hang, 2011) que la inversión no depende de las ganancias, sino del crecimiento esperado de la demanda y de la relación capital-producto. Pero si esto es así, no habría motivos endógenos para que ocurra una crisis; en una economía en expansión, ¿por qué va a debilitarse la inversión, si ésta depende de la demanda que se está expandiendo? El giro hacia la crisis permanece inexplicado”.

Esto revela sus dificultades para razonar en términos de un enfoque diferente. Si la hipótesis es que la inversión depende del crecimiento esperado de la demanda, “¿por qué va a debilitarse la inversión, si ésta depende de la demanda que se está expandiendo?”, evidentemente solo podría ocurrir porque la demanda deja de expandirse. Es como si yo intentara “refutar” su tesis de que la inversión depende de tasa de ganancia, diciendo que “¿cómo entonces va a caer la inversión si las ganancias aumentan?”, a lo cual él me diría –con su lógica- que sería porque las ganancias se debilitan. Después dice:

“Aquí el malthusiano-keynesiano (¿”malthusiano”?) interrumpe, impaciente (¿impaciente?). ¿Para qué van a invertir los capitalistas, si tienen capacidad ociosa?”.

Dice que hay dos razones:

“Primero, capitalistas que se han mantenido líquidos pueden considerar conveniente comprar empresas y otros medios de producción o transporte que se han devaluado con la crisis”.

OK. Supongamos un modelo de dos capitalistas. Hay recesión. Uno le compra la empresa al otro. ¿Por qué va a aumentar la inversión (la capacidad productiva)? Luego dice:

“también en determinado punto entra dinero en el mercado accionario. Estas inyecciones de líquido son elementos reactivadores, y mejoran las condiciones del crédito de las empresas”.

¿Por qué las inyecciones de liquidez serían reactivantes? Es extraño porque Astarita criticó la idea –que nunca sostuve- de que la expansión monetaria puede ser per sé reactivante , y ahora sugiere que “las inyecciones de líquido son elementos reactivadores” (¿?). Con esto, sigue preso de una lógica monetarista, ya que solo en los modelos neoclásicos la demanda global puede depender de la oferta monetaria. En las visiones heterodoxas (keynesianas y kaleckianas), dado que la oferta monetaria es una variable endógena, esta no puede determinar la demanda global (como prueba está el quantitative easing). El punto central es que si los inversores no gastan (y esto es probable porque tienen una propensión a consumir muy baja) no hay recuperación alguna. Y, finalmente, aunque mejoren “las condiciones del crédito de las empresas”, ¿quién va a pedir un crédito para inversión en medio de la recesión si no hay a quién venderle? Luego dice:

“En segundo término, se recuperan los inventarios. Así como en el inicio de la crisis los capitalistas tratan de bajar inventarios rápidamente, a los primeros síntomas de recuperación de la demanda, recomponen inventarios”.

¡Extraordinario! Los inventarios se recuperan… pero, como el mismo Astarita dice, tal recuperación responde a los primeros “síntomas” de una recuperación previa… ¡de la demanda! (y no de las ganancias). Tomando prestada una metáfora de Joan Robinson, podría decirse que Astarita “¡puso el conejo en la galera a plena vista del público!.

El problema de fondo es que Astarita no comprende el rol de los gastos autónomos “improductivos” como rasgo básico del motor de crecimiento de las economías capitalistas. En este caso, la respuesta a la pregunta: ¿por qué, en determinado punto de la fase alcista se debilita la demanda?, no encierra ningún misterio. A su vez, habiendo entendido esto, su pretensión de vincular tal caída de la demanda con una disminución de la tasa de ganancias carece de sentido.

Un ejemplo. Asumamos que la fase de alza (el pico) no es necesariamente un máximo. Es simplemente el punto al cual llegó la economía dada una cierta expansión de la demanda (no hay “pleno empleo”). Como dice Astarita, tenemos salarios y ganancias. Entonces:

Y = Cw+Ck+I

O sea Y (producto) es igual al consumo de los trabajadores (Cw) más el consumo de los capitalistas (Ck) más la inversión (I). No hay estado ni comercio exterior. Haciendo el Cw inducido (cY) y la inversión inducida (I=gY.v) queda:

Y = Ck / (1-c-gv)

Y la economía crece a la tasa dada por Ck (gasto autónomo) dado el multiplicador (1/(1-c-gv). En este modelo, el producto (Y) crece al ritmo de aumento del gasto autónomo Ck (dado el multiplicador) y el crecimiento se debilita cuando se reduce el ritmo de aumento de esa demanda autónoma, sin necesidad de que existan cambios en la ganancia normal. Precisamente, el crecimiento por demanda es posible debido a la autonomía, al menos parcial, de algunas de las fuentes de demanda, y solo se puede hablar de crecimiento impulsado por demanda, cuando al menos una parte de la demanda es independiente (autónoma) del propio crecimiento . En el modelo simple antes bosquejado, ese gasto autónomo es el consumo capitalista, puesto que es una demanda que no resulta inducida por las decisiones de producir. En un modelo más amplio y realista, otras fuentes de demanda autónoma serían el gasto público y las exportaciones. Luego, la inversión –para ser sustentable- seguirá la tendencia de esos gastos autónomos: no puede aumentar sin un mercado que la justifique. En este contexto, y como enseñaba Kalecki (basado en Marx), la única ganancia que cuenta es la realizada. Toda otra ganancia es apenas potencial.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Lo de "malthusiano" está desarrollado en el libro de Astarita sobre los PK.

Emparenta a Malthus con Keynes (frente a Ricardo y Marx), por no tener una teoría del valor consistente y así poder "inventar" una demanda autónoma ex nihilo.

Aunque después dice que critica a Say y el monetarismo... La sensación que queda es que Astarita no pasó en realidad de la smithiana "sociedad ruda y primitiva"...

Alejandro Fiorito dijo...

Faltaría aclarar ahora, el segundo adjetivo de marras: "impaciente" (???). Si hay alguien mas probadamente paciente que Fabian, al tomarse el trabajo de contestarle punto a punto a este hilferdiano recalcitrante, no se quien.
AF.

Jorge dijo...

choripanes, el parentesto teórico entre Malthus y Keynes es reconocido incluso por los que intentan sostener que en Keyenes había una teorìa del valor trabajo, como es por ejemplo el caso de Axel Kicillof. También lo es que no hay en Keynes una teoría del valor consistente, como este Kicillof casi termina amargamente reconociendo en su libro, cuando analiza la búsqueda de nuevos fundamentos para la economía política en Keynes.

Anónimo dijo...

Claro Jorge, nadie niega el "parentesco". Simplemente marcaba por dónde venía la mano en la expresión de don Astarita...

Eduardo Crespo dijo...

Gente,

'Parentescos', ideas inspiradoras y precursoras, los hay para todos los asuntos. Y si sirven como primera intuición para empezar a entender un problema complejo, bienvenidos sean. Pero identificar la teoría de la demanda efectiva, más allá de cuál sean los problemas que pueda tener la teoría del valor de Keynes, con los planteos de Malthus muestra un grado de incomprensión bastante serio, rayano en la vulgaridad. Es la vulgaridad que interpreta el planteo keynesiano o kaleckiano como un ‘problema’ de sub-consumo o como un ‘exceso de ahorro’.

Así, la teoría de la demanda efectiva es asociada a un problema de ‘insuficiencia de demanda’. Se trataría de un ‘gap’ entre la oferta y la demanda (por sub-consumo, ahorro, atesoramiento, o algo semejante) que en un determinado momento impide que el sistema llegue al ‘pleno empleo’. Esta es la versión vulgarizada del asunto que aparecía siempre en los manuales de la síntesis neoclásica que pretendió incorporar los aportes keynesianos. En esos manuales se describe una curva de 45º donde se representan la oferta y la demanda agregadas… Si la demanda está por debajo de los 45º hay un gap o una ‘insuficiencia de demanda efectiva’

Alguien podría decir: “¡Que fácil! ¡Ahora entendí la teoría de Keynes!...” Habría que responderle “Lamento decirte que esta no es la teoría de la demanda efectiva… quizás este dibujito y la intuición de que existiría un presunto ‘gap’ entre oferta y demanda te ayuden (lo dudo) a empezar a pensar el asunto, pero aún te falta bastante… Antes tenés que entender qué es un gasto autónomo y qué es un gasto inducido, tenés que comprender el significado del multiplicador, el papel del dinero en esos gastos autónomos, deberías distinguir ahorro de financiamiento, etc. Sólo así vas a entender porque la demanda efectiva equivale a una anti-ley de Say donde la demanda determina la oferta, la inversión el ahorro, el gasto el ingreso, etc.”

En otras palabras, la teoría de la demanda efectiva postula que la demanda DETERMINA la oferta, no que existe un gap entre oferta y demanda. Tenemos que profundizar un poquito. Si nos vamos a contentar con la versión ofrecida por los manuales neoclásicos estamos sonados.

Saludos